AIG admite desmanejos que la llevaron a la quiebra
El presidente y director general de American International Group (AIG) dice que ciertas remuneraciones de la compañía son "repugnantes" y que la firma cometió errores financieros en una escala que pocos podían imaginar.
En declaraciones preparadas para la Comisión de Servicios Financieros de la Cámara baja, Edward Liddy dijo que AIG se convirtió en un fondo de cobertura interno, excesivamente vulnerable a los riesgos del mercado. AIG es el mayor beneficiario de la ayuda de emergencia del gobierno. Recibió 170.000 millones de dólares de rescate y el gobierno posee casi el 80% de la compañía.
Ahora, AIG es blanco de feroces críticas por pagar 220 millones de dólares en bonificaciones a los empleados de su división de productos financieros. El pago más reciente, de 165 millones de dólares iniciado el viernes, provocó indignación generalizada.
Liddy, quien preside AIG desde hace unos seis meses, se ha convertido en el defensor renuente de unas bonificaciones que el Congreso y millones de norteamericanos consideran indefendibles.
Los llamados pagos de retención -que van desde 1.000 dólares a 6,5 millones- no fueron idea suya. Liddy no recibirá una bonificación. Los acuerdos son de principios del año pasado, mucho antes que el entonces secretario del Tesoro Henry Paulson pidiera a Liddy que se hiciera cargo de la compañía.
"No me gustan estas disposiciones, y me resulta repugnante y difícil recomendar que las apliquemos", escribió Liddy al actual titular del Tesoro, Timothy Geithner, el fin de semana pasado.
Pero los pagos se efectuaron. El Congreso, indignado, quiere que se devuelva el dinero. Y Liddy, quien ya estaba convocado para declarar sobre AIG antes de conocerse la historia de las bonificaciones, es un blanco oportuno.
El fin de semana pasado, AIG reveló que había usado más de 90.000 millones de dólares en fondos federales para pagar a bancos extranjeros y nacionales, entre estos últimos algunos que ya habían recibido rescates multimillonarios. AIG es el mayor beneficiario individual de ayuda del gobierno. Sus transacciones financieras eran tan complejas y entrelazadas, que su quiebra se consideraba imposible.(INFOBAE)