CONSUMO
"Agflación": los economistas ven el fin de los alimentos baratos
A no confundirse: no remite al asco o al terror que provoca la suba de precios (eso sería "aaaaghh!!!flación"). La "agflación", el neologismo de moda entre los economistas, tiene que ver con la "agricultura" y con la polémica por "el fin de la era de los alimentos baratos".
El término fue acuñado por técnicos del banco de inversión Merrill Lynch y pegó fuerte entre los economistas locales. El ministro Martín Lousteau mostró su preocupación por la "agflación" y distintos blogs especializados se dedican a discutir los alcances del fenómeno y su influencia en la Argentina.
La voz de alerta la dio el analista José Rasco, de Merrill Lynch, quien difundió el pronóstico de que en un período de entre 5 y 10 años los precios de los alimentos se duplicarán. Y eso que estos valores están en niveles récord: el índice para esta variable de The Economist Intelligence Unit –el brazo de consultoría del semanario británico– alcanzó su máximo desde 1845, y se elevó un tercio de 2006 a 2007.
La gran paradoja es que esta dinámica se da cuando hay abundancia de materias primas en el mundo. Según el Consejo Internacional de Granos, un organismo con sede en Londres, la cosecha total de cereales este año será de 660 millones de toneladas, la mayor jamás registrada.
¿Cómo se explica el fenómeno? Por factores de demanda y de oferta. Los ingresos más altos en China e India sumaron millones de personas al consumo mundial de carne, lo que a su vez incrementó la demanda de cereales para alimentar ganado. A diferencia de negocio de los granos, que está más asociado a la suba de la población mundial, las compras de carne en cambio tienen un vínculo más directo con el crecimiento económico, explican el EIU. En 1985, cada chino en promedio comía 20 kilos de carne por año; hoy esa cifra se elevó a 50 kilos. El segundo cambio estructural en la demanda de cereales tiene que ver con la difusión de los biocombustibles.
En lo que hace a la oferta, reacciona a la suba de precios, pero en forma lenta. De acuerdo a un informe del Instituto Internacional de Investigación y Políticas de Alimentación (IFPRI en inglés), un organismo financiado por gobiernos y bancos de desarrollo, un aumento del 10% induce un crecimiento de sólo un 1% de la superficie cosechada, en promedio.
Hay un debate entre los economistas sobre lo que ocurrirá a futuro con la "agflación": desde pronósticos de duplicación de precios como el de Merrill Lynch hasta subas reales del 20% que proyecta hacia 2015 la ONU. En general, el consenso es de crecimiento.
En la Argentina, el capítulo Alimentos y Bebidas tiene un peso del 31,29% del índice de precios al consumidor. "En consecuencia, un aumento de estos productos tiene una incidencia primordial en la variación de los precios de la economía", remarcan en la consultora abeceb.com.
Otros países productores de alimentos, como EE.UU, Australia, Nueva Zelanda, Canadá, e inclusive Brasil, cuentan con un menor peso de los alimentos en la canasta con la que se mide el índice de precios. (CLARÍN)