PYMES
Aseguran que Argentina es el centro de negocios gourmet de América Latina
Durante décadas, en las góndolas de productos gourmet de supermercados, vinerías y queserías sólo podían encontrarse productos importados. A partir del fin de la convertibilidad, las pequeñas empresas argentinas empezaron a crecer en ese nicho, que mueve, según estimaciones privadas, entre US$1.200 y US$1.500 millones.
"La Argentina es el polo de negocios gourmet de América Latina", dice, con entusiasmo, Fernando Ramos, dueño de Send Foods, la compañía que se ocupa de colocar en el exterior los productos gourmet locales.
Aceites de oliva saborizados, miel orgánica, alfajores, quesos, ahumados y diversos condimentos son los productos con los que la Argentina saca chapa.
La diversidad climática, la sobreoferta alimenticia y la gran cantidad de empresarios creativos que hay en el país son las razones que explican las tasas de crecimiento del sector, que se ubica en el 20% anual, según las estimaciones de Send Foods. En el año que terminó, las exportaciones del rubro llegaron a los US$600 millones, mientras que a nivel local el negocio movería entre US$700 y 900 millones adicionales.
Hernán Rojas, el otro dueño de Send Foods, resalta que muchas de estas nuevas empresas "son encaradas por ex ejecutivos que perdieron su empleo con la crisis de 2001 y destinaron la indemnización a lanzar su propio emprendimiento".
"La falta de espaldas y de infraestructura es la debilidad de las pymes a la hora de exportar", dice Ramos. En ese talón se apoya Send Foods para "darles visibilidad en el exterior a las marcas locales. Todos los emprendimiento gourmet que hoy se arman tienen por objetivo exportar", apunta Rojas.
La compañía trabaja con 30 empresas que exportan más de 100 productos, lo que representa una facturación de US$2 millones anuales. Trabajan a partir de demandas puntuales de los importadores de Estados Unidos, Brasil, Canadá, Chile y Venezuela. "A nivel local hay una demanda en crecimiento, esto se verifica especialmente en los últimos 5 años", menciona Ramos.
En 2010 , la cocinera Narda Lepes lanzó su propio emprendimiento de productos gourmet . "En mis viajes al interior compruebo que hay una altísima calidad de productos que no tienen acceso a los grandes centros de ventas. Entonces lo que hicimos fue ir en busca de esos productos, fundamentalmente a Mendoza, y salir a mostrarlos".
"Hay muy buena mercadería en el país, pero les falta packaging y distribución. Esto sí se ve en otros países, como en Chile", dice Narda. "Acá, en general, las etiquetas no están a la altura de lo que el producto es". Con su propio nombre como marca, lanzó una línea de Con vinagres de vinos varietales, aceites de uva infusionados, dips, salsas de chocolate, especias y aderezos, La Cocina del Vino es otra de las empresas que incursiona en la movida gourmet. Frida Perel cuenta que comenzó hace seis años con la empresa, aprovechando el know how de 21 años que su familia desarrolló tras haber tenido una empresa similar en Estados Unidos. "Adaptamos los productos de los Estados Unidos al sabor nacional, como chimichurris y dip patagónicos. Toda la materia prima es nacional y viene de Mendoza".
La Cocina del Vino exporta a Panamá, Uruguay, Chile, Colombia, Estados Unidos, Francia, España y Gran Bretaña. "Hoy el 60% de nuestro negocio es la exportación, el 20% es el mercado interno y otro 20% son los regalos empresariales" (ver recuadro).
Otro de los que hace pie en el mercado es Sugar & Spice. Fran Almeida, estadounidense, se instaló en la Argentina en 1999 siguiendo los pasos de una Fabiana, quien años más tarde se convertiría en su esposa. Una de las cosas que más extrañaba Fran de su Chicago natal eran las cookies. Con la crisis de 2001, la pareja dejó atrás sus puestos en empresas multinacionales y en 2002 lanzó la compañía que le pondría fin a la añoranza de las cookies . S&S produce, además de galletas, brownies, biscottis, cantuccinis y panes dulces, entre otras.
A diferencia de los otros protagonistas de esta historia, S&S tiene un local propio, en Palermo, y acaba de abrir otro en el shopping DOT. Sus productos también se consiguen en tiendas especializadas y en supermercados. Y exportan entre el 20 y el 30% de su producción a países vecinos y a Europa.
A nivel internacional, junto con la falta de experiencia y de financiamiento las pymes gourmet deben lidiar con las barreras arancelarias.
Ramos pone un ejemplo: cada frasco de dulce de leche que va a Europa enfrenta una carga tributaria del 67%. Junto con esto, asegura que la principal limitación que enfrentan las empresas es "la falta de visión a largo plazo del managment". (iEco)