Aseguran que la medida de subir el mínimo no imponible de Ganancias es regresiva

El alza del mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias disminuyó la presión tributaria a quienes ganan entre 6 mil y 10 mil pesos, pero no benefició a quienes perciben el salario mínimo de 1.840 pesos, por lo que la medida es regresiva.

Así lo señaló en un informe el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA), el cual afirmó que una reforma progresiva sería no tocar el impuesto a las ganancias y disminuir las cargas sociales.

Disminuir la incidencia del impuesto a las ganancias es una medida regresiva porque implica bajar la presión tributaria sobre los ingresos altos, mientras se mantiene muy elevada la carga sobre los ingresos bajos.

Resulta llamativa la disputa entre el oficialismo y la oposición por apropiarse de la "paternidad" de una idea que implica disminuir la incidencia del impuesto más progresivo, indicó el instituto.

Más aún teniendo en cuenta la despreocupación por la altísima presión impositiva que sufren de manera directa los salarios más bajos, fenómeno que se potencia por otros impuestos (como IVA) con alta incidencia sobre las familias más pobres.

Tomando como referencia un trabajador soltero y sumando la incidencia de las cargas sociales más el impuesto a las ganancias se llega a las siguientes diferencias:

Los trabajadores con remuneraciones cercanas al salario mínimo, de 1.840 pesos, soportan una carga impositiva equivalente al 34,6 por ciento del costo laboral total.

Los trabajadores con remuneraciones de entre 6.000 y 10.000 pesos soportan una carga de imposiciones sobre el salario creciente, pero que en promedio se ubica en el 37,5 por ciento.

Con la elevación del mínimo no imponible de ganancias, los salarios más bajos seguirán soportando la misma carga (34,6 por ciento) pero las remuneraciones entre 6.000 y 10.000 verán disminuida la presión impositiva al 36,3 por ciento del costo laboral total.

Este simple cálculo, según IDESA, permite ejemplificar la contradicción del oficialismo y la oposición que se autocalifican como progresistas pero toman medidas muy regresivas.

Es difícil encontrar antecedentes de este tipo: un ejemplo podría ser la política conservadora del Gorge W. Bush en los Estados Unidos que priorizó la rebaja de los impuestos a la gente de altos ingresos, mientras mantenía elevada la presión tributaria sobre la gente de bajos recursos.

Una propuesta progresista sería dejar fijo el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias y bajar simultáneamente las cargas sociales, dijo IDESA.

Esto -agregó- se podría instrumentar disminuyendo progresivamente las alícuotas de los aportes personales y permitir tomar parte de las contribuciones patronales como "IVA-compras", priorizando los puestos de trabajo generados en las zonas más rezagadas.

De esa forma, sin poner en riesgos la solvencia fiscal, se podría avanzar -como lo están haciendo otros países- hacia un sistema tributario con una distribución más equitativa de la carga fiscal y un mayor federalismo, opinó la entidad.