Asume Obama como Presidente de EE.UU. ante grandes espectativas

En medio de un gran operativo de seguridad, Estados Unidos se preparaba para la asunción de Barack Obama como primer presidente negro de ese país. Desde temprano, las calles de Washington están atestadas por miles de seguidores enfilados hacia el Capitolio, en un ambiente festivo.

Desde el amanecer, el centro de la capital se mostró en plena efervescencia. Los cafés y supermercados estaban abiertos, repletos de estadounidenses y de turistas extranjeros tomando fuerza antes de salir a enfrentar el frío que soplaba en las calles.

Obama, de 47 años, hijo de un keniano y una mujer blanca de Kansas, jura para el cargo este mediodía en las escalinatas del Capitolio, con su mano sobre la biblia que Abraham Lincoln usó en su primera asunción, en 1861.

La investidura de Obama marca el punto más alto de los sueños y esperanzas de generaciones de afroamericanos que sufrieron la esclavitud y posteriormente las políticas de segregación racial que los convirtieron en ciudadanos de segunda clase.

El nuevo mandatario asume el poder en un momento de gran ansiedad entre los estadounidenses que han visto como en los últimos meses desaparecieron miles de trabajos, lo que los ha dejado temerosos de que un colapso económico podría convertir la crisis en una catástrofe.

Una de las principales expectativas de la ceremonia de jura, que se realizará a las 11.46 (14.46 de la Argentina), está centrada en el discurso que ofrecerá Obama. Se espera que sus palabras perduren en el tiempo, tal como sucedió con las de otros presidentes, como Abraham Lincoln, Frankllin D. Roosevelt o John F. Kennedy.

El primer presidente negro del país ha reconocido sentir predilección por el discurso pronunciado en 1961 por Kennedy (JFK), que ha calificado de "extraordinario", así como por el segundo discurso de investidura de Lincoln.

"Sin maldad hacia nadie y caridad por todos [...] Luchemos para acabar la tarea en la que nos encontramos y curar las heridas de la nación", dijo Lincoln en su segunda toma de posesión en 1865, al final de la Guerra Civil, un mensaje de unidad que hoy adorna el monumento en su honor en Washington y con el que Obama simpatiza.

Al igual que Lincoln en su día, Obama ha tratado de describir en su alocución de hoy el momento histórico en el que se encuentra en estos momentos el país.

Su objetivo durante las largas horas de trabajo en los borradores del discurso ha sido, según la portavoz de la oficina de transición Jen Psaki, el describir el espíritu que se requiere para que los estadounidenses salgan de esta crisis más fuertes y más unidos.

Según anticiparon sus asesores, Obama se reunirá mañana con los generales para pedirles un plan de retirada de Irak. Asimismo, en la primera semana de gobierno ordenará cerrar la cárcel militar de Guantánamo, que quedó envuelta en un escándalo por violaciones de los derechos humanos durante la presidencia de George W. Bush.

El propio presidente electo dijo que tomará decisiones riesgosas que podrían definir el futuro de los Estados Unidos y, por lo tanto, impactar en el resto del planeta.

Las autoridades calculan que, dada la expectación que ha desatado esta investidura, cerca de dos millones de ciudadanos se darán cita en el Mall, el parque que comunica el Capitolio, donde tendrá lugar la jura, con el monumento a Lincoln.

El clima. La baja temperatura, hoy por debajo de la barrera de los cero grados, y un viento helado, no desalentaba a los seguidores del futuro presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que desde anoche hacían cola para ver la asunción del nuevo jefe de Estado.

Los simpatizantes de Obama, enfundados con gorros de lana, bufandas, camperas de abrigo, y orejeras para evitar el frío que estaban identificados con banderas y prendedores aguardaban para ver este mediodía la asunción del primer presidente negro en la historia de ese país.

Imponente operativo de seguridad. La ceremonia de investidura de Obama cuenta con un dispositivo de seguridad sin precedentes y que ha convertido a Washington en una auténtica fortaleza, pese a que los servicios de seguridad no tienen indicios de planes terroristas.

Cerca de 42.000 agentes participan en el dispositivo de seguridad, entre ellos 7500 soldados y 10.000 efectivos de la Guardia Nacional, así como cerca de 25.000 policías de las fuerzas locales y federales, coordinados todos ellos por el Servicio Secreto.

La Oficina Federal de Investigación (FBI) desplegó cerca de 600 agentes, un 20 por ciento más que en investiduras previas. Intervienen también 99 organismos federales, estatales y locales como la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego, que ha enviado expertos en desactivación de bombas y perros adiestrados.

Una brigada del Ejército estará en estado de alerta en la base de Fort Stewart, en Georgia, para responder a un hipotético atentado con armas químicas o biológicas. (LA NACIÓN)