Aumenta la producción de lana
El informe, que toma como fuente a la Federación Lanera Argentina, señala que nuestro país es el tercer exportador mundial de este producto, a partir de la elaboración de casi 72 mil productores de fibra de origen animal. "Sin considerar a China, que consume todo lo que produce, la Argentina es el tercer exportador mundial de lanas finas, precedida por Australia y Sudáfrica", precisó el INTA.
En el país existe un rebaño que supera los 16,9 millones de animales, y una producción que alcanza en ocasiones los 60 millones de toneladas de lana, mohair, llama, cashmere, guanaco y vicuña.
Entre cuatro y cinco mil toneladas corresponden al consumo del mercado interno, y el resto se exporta a más de 30 países con diferentes grados de valor agregado, en especial China (29,4%), Alemania (15,7%), Italia (14,1%), Turquía (8,2%) y Uruguay (7,8%). El INTA destaca el gran potencial de la cadena, si bien la industrialización de la lana implica un ciclo largo y complejo, que va desde la esquila hasta la prenda ofrecida al consumidor final, proceso que transcurre en cerca de un año.
"Por poner sólo un caso, con un kilo de lana superfina que un productor vende por alrededor de 10 dólares, puede confeccionarse un traje de verano y venderse entre mil y 1.200 euros en Italia", pone como ejemplo el informe.
La Argentina está posicionada como proveedor de lanas finas y cuenta con capacidad instalada para la industrialización primaria, "aparte de pureza racial y bienestar animal en las majadas y grupos de productores ovinos competitivos e innovadores". A esas fortalezas se suman "la oportunidad que constituyen la demanda sostenida de esas fibras y precios actuales que supera ampliamente el promedio histórico", destaca el organismo.
“Los precios se han acomodado muchísimo desde la crisis financiera de 2008. Hoy por hoy, están en valores excelentes, en uno de los mejores momentos”, resalta Mario Elvira, director técnico del Laboratorio de Lanas Rawson, del INTA Chubut.
Los consumidores, en tanto, interponen “exigentes requisitos cualitativos en los procesos de producción y agregado de valor”, y definen su interés de compra mediante atributos relacionados con el cuidado ambiental, la baja contaminación y el bienestar animal. Así, buscan “lanas éticas”, explicó Elvira, “que demuestren un comercio justo y una responsabilidad social empresaria en toda su cadena de valor”. Frente a estos requisitos de los usuarios, “las lanas finas merino de la Patagonia cobran una especial relevancia y competitividad para satisfacerlos”, añadió.
De acuerdo con el técnico del INTA, aunque la cadena esté fraccionada y no haya industrias integrales, la región patagónica central cuenta con un clúster lanero muy importante.
Hoy, el 51% de la producción de lana argentina proviene de la región Patagónica, y el polo Textil Lanero de Trelew concentra empresas que industrializan, comercializan y exportan.
(El Argentino)