Buscan disminuir el tránsito porteño

Las mejoras en la economía permitieron que en los últimos años se rompieran todos los récords de venta de autos nuevos y usados. Pero la buena noticia tiene su contracara en el tránsito: calles colapsadas, tiempo perdido en embotellamientos, accidentes y un creciente malhumor.

Ahora, el Gobierno porteño anunciará una serie de medidas para agilizar el tránsito: entre otras cosas, eliminarán lugares para el estacionamiento y reforzarán el control contra las infracciones, con más agentes de tránsito y la vuelta de una herramienta polémica: las fotomultas.

El anuncio lo hará el propio Macri esta semana, muy probablemente mañana. El proyecto tiene tres grandes ejes: más control, menos espacio para los autos particulares y mejoras para el transporte público. Por eso, en oficinas oficiales comentaron que la idea es "declararle la guerra al auto".

Por el lado del control, la idea es duplicar la cantidad de agentes en el Cuerpo de Tránsito, formado en febrero con los integrantes de la ex Guardia Urbana y que hoy tiene 900 personas.

Pero el punto más polémico es el regreso de las fotomultas. Desde que se empezaron a usar en 1999, siempre originaron muchas quejas, principalmente por la validez de los radares que se utilizaban. Más allá de esto, hace dos años vencieron los contratos con las dos empresas encargadas del servicio, por eso cuando Macri asumió suspendió las fotomultas. En la Comuna afirman que la política para esta herramienta será diferente: ya no se concentrarán en detectar el mal estacionamiento, sino en sancionar el exceso de velocidad, la violación de semáforo y otras faltas graves. De todas formas, para reestablecer el servicio el Gobierno deberá llamar a una nueva licitación.

Otro tema será la carga y descarga de mercaderías. Hoy, en el Gobierno reconocen que los controles a los vehículos que dejan mercaderías en los comercios del centro son deficientes. Afirman que los mejorarán, y a la vez impulsan a través de su bloque de legisladores una nueva ley, que plantea cambiar los horarios de la actividad y regular el tipo de vehículos autorizados a realizarla.

El segundo eje del plan es desalentar el uso del auto particular, principalmente en el Micro y Macrocentro. "La idea es eliminar alrededor de un tercio de los lugares con parquímetro o tiqueadora donde hoy está permitido estacionar", adelantó un integrante de la mesa chica del macrismo. En este punto también hay una dificultad normativa: el contrato con las dos empresas que se encargan del acarreo de vehículos con las grúas también está vencido, desde 2001, y el Gobierno debería relicitarlo.

La idea de desalentar el uso del auto particular se viene mencionando desde hace años, pero por ahora casi no hubo medidas concretas. Los automovilistas ya se quejan de la falta de lugares, lo que también repercutió en un aumento sostenido de los precios de los garajes y cocheras en los últimos años. La única política para que ingresaran menos autos a la Ciudad la lanzó Jorge Telerman poco antes de dejar el Gobierno, y consistió en no cobrarles peaje en las autopistas a los autos que trajeran más de un pasajero. Pero entre la falta de difusión y el desinterés de la gente, la medida fracasó y fue eliminada por Macri.

El tercer eje del plan será el incentivo del transporte público. Mientras se demoran las obras de ampliación de la red de subtes por problemas para financiarlas, el Gobierno insistirá con un viejo proyecto (mencionado desde la época de Ibarra) que recurrentemente genera discusiones: incluir en más avenidas carriles preferenciales para colectivos y taxis ocupados, como los que ya funcionan en tramos de Pueyrredón, Callao, Entre Ríos y Córdoba. El problema es que esas vías no pueden usarlas los taxis ocupados, lo que genera el rechazo de los taxistas. En los últimos días se pudo ver como, mientras muchos taxis llevan carteles contra los carriles, en los colectivos se ven leyendas a favor de la medida. Pero la Legislatura ya está discutiendo dos proyectos de ley (uno de PRO y otro de la Coalición Cívica) para agregar carriles en otras avenidas porteñas. (CLARÍN)