Cayó el poder de compra de las exportaciones industriales argentinas
El poder de compra de las exportaciones industriales argentinas cayó 13% en el último año, como consecuencia de los cambios en el comercio global que impulsó la pandemia de coronavirus. El deterioro de los términos de intercambio del sector manufacturero impone una mayor presión sobre los escasos dólares con los cuales tiene que manejarse la economía. De hecho, como las divisas que genera la industria nacional “rinden menos” que en 2020, eso presiona por mayor cantidad de moneda estadounidense para comprar la misma cantidad de insumos industriales que se requerían antes.
Así lo indica un informe de la Fundación Observatorio Pyme (FOP), en el cual se señala que “este efecto no parece permanente para el conjunto de las exportaciones industriales, ya que durante 2019 y 2020 el poder adquisitivo de las mismas había crecido levemente”.
Pero se advierte que en el caso de las pymes “la pérdida de poder adquisitivo de sus ventas externas se presentó fuerte y permanente durante la prepandemia y es posible que hoy mismo el fenómeno esté agravándose”.
Según plantea el informe del FOP esta situación “influye negativamente en el saldo de la Cuenta Corriente del Balance de Pagos del país, en una coyuntura donde el país necesita aumentar sus reservas para cumplir con las metas comprometidas con el FMI”.
De acuerdo con las estimaciones realizada por el centro de estudios que cuenta con el respaldo de la Unión Industrial Argentina (UIA) y de la Universidad de Bologna, en 2019 el precio de las exportaciones de las pymes locales había bajado 2%, mientras que el de los bienes intermedios había hecho lo propio en un 7%, por lo que en términos de intercambio el sector se vio favorecido. El año pasado, el precio de los bienes que las fábricas necesitan importar para mantener su actividad subió 29%, mientras que el precio del producto final de lo que venden al exterior había crecido 13%.
Vicente Donato, director del Observatorio, advirtió en diálogo con Ámbito que el poder de compra de las exportaciones de las pymes “venía cayendo a un nivel del 20%”. Señaló que en cambio, si se toma a nivel general los términos de intercambio de todos los sectores, el país está mejorando, pero “es puro alimento”. “Por cada unidad de exportación de la industria se importa menos en unidades de insumos”, sintetizó.
“Hay un sector al que le está yendo bárbaro (el campo) y al otro le está yendo horrible (la industria). Esto está pasando, porque tiene mejores precios el sector primario y no el industrial”, explicó el economista. La situación puede llevar a una mayor primarización de la oferta exportable local, ya que resulta más competitivo por precio exportar granos o alimentos que productos que requieren de un mayor grado de proceso y de incorporación de otros bienes.
Al respecto, Donato planteó que “la industria argentina no tiene escala para reducir costos” en el mercado interno, pero tampoco tiene condiciones de estabilidad económica que la impulse a potenciar inversiones en tecnología para compensar esa debilidad. “Eso se resuelve con políticas industriales adecuadas”, indicó el economista. Y detalló que “solo algunos campeones como Techint o Arcor” pueden sortear estos problemas de lograr competitividad por precio y exportar.
El informe de FOP indica que “las manufacturas tampoco lograron alcanzar un volumen físico suficiente para exceder o, al menos, compensar las importaciones de insumos durante la pandemia”. “Luego de un pequeño superávit de la “balanza comercial industrial” en 2019, las Manufactura de Origen Industrial (MOI) cayeron por debajo de las importaciones Bienes Intermedios (BI) sin recuperarse aún”. dice el reporte.
El trabajo detalla que “a la problemática de precios y de inestabilidad cambiaria, habrá que sumar el impacto de los importantes aumentos en el costo de flete internacional, sobre todo desde 2021” que afecta más alas pymes. El reporte indica que para las empresas de ese sector, que de base cuentan con poca participación exportadora, “las perspectivas de inserción son cada vez más lejanas”.
Por Carlos Lamiral
Fuente: Ámbito