INTERNACIONAL

China se reformula para salvar su expansión económica

Los chinos ya no tienen que preocuparse por ganarse la vida sino por disfrutarla, promociona el Partido Comunista (PCCh) en la antesala de su quinta etapa de gobierno, un período que, no obstante, se inicia con la meta de superar desigualdades sociales y la incertidumbre sobre una apertura política.

La quinta generación de dirigentes desde que Mao Zedong estableció la República Popular en 1949 será encumbrada entre este y el próximo jueves durante el XVIII Congreso del PCCh que se celebra en el Gran Palacio del Pueblo de Beijing, tras una década de crecimiento exponencial liderada por Hu Jintao.

El actual vicepresidente Xi Jinping reemplazará a Hu como nuevo secretario general del PCCh y, en marzo, también lo sucederá en la presidencia del país, mientras que el primer ministro, Wen Jiabao, dejará su cargo a su vice, Li Keqiang. Lo hará rodeado de extremas medidas de seguridad y enorme repercusión mediática en una ciudad luminosa y vivaz, que se presenta a tono con los acontecimientos históricos.

METAS ECONÓMICAS

La estimulación del consumo interno se encuentra al tope de la agenda que se fijó el partido para transformar una economía dependiente de la inversión y las exportaciones a otra guiada por el consumo e iniciar una fase que permita derramar la expansión sobre los sectores desprotegidos. La crisis de la deuda europea ya ralentizó su economía y la competitividad de sus productos también se verá disminuida si quiere darles a sus habitantes mejores ingresos y beneficios.

Por eso aquel lema de "disfrutar la vida" debe pensarse más como una estrategia económica que como promoción del ocio. Los chinos están acostumbrados a vidas esforzadas y al ahorro, pero al mismo tiempo representan una sexta parte de la población mundial, por lo que el Gobierno les pide que gasten más para mantener los motores a todo vapor. "Ahora le vamos a dar más importancia al consumo de los ciudadanos. Antes solo priorizábamos la exportación", dijo a un grupo de periodistas latinoamericanos que visita el país, Xu Dong, subdirector de la oficina para asuntos exteriores de la Municipalidad de Changzhou.

En esa ciudad, ubicada en la provincia de Jiangsu, crece un polo de entretenimiento, con ocho parques de juegos y temáticos, sobre bases más amplias que las de Disney World. El proceso será facilitado por la migración interna. Después de que la población urbana de China pasara de 39 a 51 por ciento en la última década, todavía se espera que cerca de 400 millones de trabajadores rurales chinos se muden a las ciudades en los próximos diez años, indicaron analistas.

La urbanización china aumentará de por sí el consumo, pero para avanzar hacia un mayor bienestar es necesario que los salarios –el mínimo parte en 150 dólares en algunas provincias- crezcan. Sucede que hay varias chinas dentro de China. Más allá de la emergencia de una clase alta cada vez más evidente en las principales ciudades de la opulenta franja oriental del país como Beijing y Shanghai, hay sectores que todavía están sumidos en la pobreza en el centro y el oeste del país.

Son las deudas de la más extraordinaria transformación de un país en 30 años, desde la implementación por parte del presidente Deng Xiaoping del proceso de Reforma y Apertura que instaló el denominado socialismo con particularidades chinas y le permitió crecer tres veces más que el promedio mundial en ese período. La bisagra llega luego de diez años de gobierno de Hu Jintao, quizá el menos reformista de sus antecesores, pero bajo cuyo gobierno China dio el gran salto y se convirtió en la segunda economía del mundo, superando a Japón.

Esa expansión se observa en los números. Según publicó el China Daily, sobre la base de información de la Oficina Nacional de Estadísticas, desde 2002 el PBI del país pasó de 1.237 millones de dólares a 7.301 millones y su intercambio comercial trepó de 621 millones de dólares a 3.842 millones. En ese mismo período, los vehículos privados se multiplicaron de 9.860.000 a 78.720.000 y los kilómetros de autopista pasaron de 25.100 a 84.900. Además, las heladeras por cada cien familiares rurales de 19,8 a 61,5 y la mortalidad infantil se redujo 21,4 por mil a 12,1 por mil.

Ese salto abrupto también se ve en las calles con una incesante y virtual refundación de ciudades, donde en algunos casos puede haber más de cien complejos de edificios en construcción simultánea, junto a la apertura de avenidas, parques y toda la infraestructura de transporte.

OTROS DESAFÍOS

Para esta nueva etapa, el PCCh también se planteó la necesidad de mejorar su influencia política internacional acorde con su peso económico; el combate contra una corrupción percibida como rampante; y la protección del medio ambiente. Pero el apartado que surge con menos claridad es el de la tan mentada reforma política. La economía de apertura significó un éxito en contraste con otros modelos comunistas, pero lo hizo bajo la hegemonía del denominado sistema de partido único.

Si bien la nueva conducción ya decidió avanzar hacia una enmienda constitucional para establecer una reforma, sus alcances parecen limitados y no fueron precisados. Es probable que se dé más participación a otros partidos que no tiene posibilidades de acceder al poder, pero todavía no es tiempo de elecciones directas, aseguran los voceros del PCCh. Xi, mientras tanto, no muestra las cartas.

Fuente: Noticias Argentinas