Comenzaron nuevamente los cortes de gas a las industrias
Ya nadie pone en duda la fragilidad energética de la Argentina pero, aunque no haya apagones, la cada vez más escasa información oficial sobre el día a día se ha encargado de poner al país en penumbras. Hubo ayer, con todo, una certeza: varias industrias y algunas generadoras sufrieron, una vez más, cortes en el suministro de gas.
Desde una distribuidora de gas indicaron a LA NACION que habían cortado el servicio llamado interrumpible, por el cual las empresas pagan una tarifa más baja a cambio de someterse a los cortes, a unos 38 grandes usuarios, entre los que se encuentran empresas textiles, siderúrgicas y automotrices. "Los cortes empezaron el viernes a última hora y siguen hasta ahora", señalaron.
En otras dos distribuidoras plantearon un panorama distinto: "Estamos sin cortes, sin restricciones de ningún tipo. Ayer [por anteayer] tuvimos un par, pero sólo de grandes consumidores", dijeron en una de ellas.
En Santa Fe, unas 60 industrias, en su mayoría del rubro alimenticio, se vieron afectadas por la interrupción de la provisión de gas, según confirmó Aníbal Paradiso, gerente de Relaciones Institucionales de Litoral Gas, empresa que provee a Santa Fe y al norte de Buenos Aires. "No se les corta a cero el gas. Normalmente tienen un contrato firme. Pero en este momento están interrumpidos el ciento por ciento de los contratos interrumpibles. Ello ocurre desde la semana anterior y siempre estamos a la espera de las definiciones diarias de la Secretaría de Energía de la Nación", apuntó Paradiso. "Si a nosotros nos entregan más gas, interrumpimos menos", completó. Algunas empresas coordinan allí la compra y envío de combustible para activar las centrales de energía subsidiarias, que funcionan a gasoil o fueloil.
Tres automotrices confiaron a LA NACION que no habían sufrido restricciones energéticas. Pero relataron, también, las inversiones que hicieron para asegurarse el suministro -tanques de gas o equipos de generación eléctrica a gasoil, por citar dos ejemplos- o los cambios de horario que aplicaron en la producción para eludir las horas de pico de consumo.
Llamados
Las restricciones no se extendieron, al menos en los circuitos formales, a la electricidad. No se repitió ayer el récord de demanda de los días previos, algo que permitió manejar la situación con cierta holgura.
"Sí, está claro que hubo llamadas para bajar el consumo, aunque no sé quiénes las reciben. Pero a alguien han llamado, porque con esta demanda por arriba de los 18.000 megavatios y con importaciones de 1000 megas de Brasil, es claro que hay un faltante y hay que bajar la carga", señaló una fuente del mercado. Es el nuevo sistema que ha implementado el Gobierno: quitar el manejo de las restricciones del circuito formal de Cammesa, la administradora del mercado eléctrico mayorista, para ir a través del teléfono empresa por empresa.
Otro hecho que se contaba por lo bajo entre las compañías sirvió para reflejar las jugadas de ajedrez que se han puesto en marcha desde el Gobierno: "No se está despachando toda la energía disponible, porque están guardando agua en el Comahue para el resto del invierno, que se cubre en parte con Brasil y con menos carga en alguna parte", relató un ejecutivo del sector.
Elecciones para paliar la delicada situación del parque energético, que despertó ayer una particular analogía futbolera en una eléctrica: "Digamos que estamos más o menos como Racing", ironizó una fuente. El club de Avellaneda tambalea ante el fantasma del descenso y se jugará su continuidad en Primera entre hoy y el domingo. .
¿Son estas restricciones como las del invierno último? Imposible saberlo. "Han restringido mucho la información. Muchas decisiones se manejan ahora desde afuera de Cammesa, en la Secretaría de Comercio y a través del grupo de De Vido. Pero más o menos se aplica el mismo plan del año pasado", relató una fuente del sector. En aquel momento los cortes programados permitieron reducir la demanda eléctrica en 1200 MW diarios. Con menos frío y una industria que tomó recaudos, este año las estimaciones privadas hablan de un "ahorro" de entre 650 y 800 megavatios. (LA NACIÓN)