Comienzan los cortes de ruta en el interior del país

Aunque responde a una –y no la principal- de las quejas de los ruralistas contra las retenciones, la decisión del Gobierno de coparticipar un 30% de los derechos de exportación que le cobra a la soja y sus derivados no hizo más que profundizar las grietas entre el Gobierno y el campo. Al anuncio de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y la negativa, ayer más temprano, del oficialismo a dar quórum para la sesión en Diputados en la que la oposición pretendía discutir su proyecto de retenciones, consensuado con las entidades agropecuarias, siguieron numerosos cortes de ruta, la mayoría parciales e intermitentes, en varias provincias.

Los ánimos mantenían un tono parecido esta mañana. Como en muchos momentos del año pasado, la foto más evidente de la crispación del agro está en Gualeguaychú, donde los productores, autoconvocados y de la Federación Agraria entrerriana, mantienen corte total sobre la ruta 14, en la que hay decenas de vehículos demorados. En otras partes, los cortes se extendieron durante la noche pero fueron levantados.

Desde el oficialismo, salieron otra vez hoy a elogiar la decisión del Gobierno y a responder a las quejas agrarias. En declaraciones radiales, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, consideró "lamentable" el corte de rutas y acusó al campo de querer "confundir a la población", al tiempo que insistió en que la coparticipación del 30% de las retenciones a la soja servirá a las provincias y municipios "para mantener la actividad y empleo".

"Yo no sé qué pasó ayer para que se genere esta situación", lamentó, por su parte, el titular del bloque kircherista de la Cámara de Diputados, Agustín Rossi. Según él, el Gobierno "no hizo nada" para recrudecer el conflicto agropecuario sino que, por el contrario, tomó "una medida histórica" e "importantísima". El legislador también se defendió de las críticas a su bloque por no haber dado ayer quórum para la sesión especial que pedía la oposición: "La responsabilidad –dijo- era de ellos, que nunca dan quórum cuando nosotros queremos debatir".

En sentido diametralmente opuesto, el vicepresidente de la Federación Agraria (FAA), Pablo Orsolini, opinó que "el anuncio de volcar a las provincias parte de las retenciones es para confundir a la opinión pública". Y su par de Confederaciones Rurales (CRA), Néstor Roulet, lo consideró "un mensaje electoralista" que busca "desunir" y que la gente "no cree".

Ya ayer, el titular de CRA, Mario Llambías, había disparado: "Seguimos en conflicto y siguen perdiendo oportunidades". Su par de la Rural, Hugo Biolcati, evaluó que "hubiera sido mucho más democrático que el Gobierno planteara la discusión en el Congreso" en lugar de recurrir a un decreto. Y el líder de la FAA, Eduardo Buzzi, había afirmado sin medias tintas que lo que busca el Ejecutivo es "poner la plata de la soja en la campaña electoral" para condicionar a los dirigentes del interior y evitar que apoyen el reclamo de los productores.

Las protestas también se hicieron sentir de parte de distintos intendentes de zonas agrícolas como Armstrong, Pergamino, Azul o Chabas, que fueron desde el reconocimiento de que los fondos les vendrán bien pero es imprescindible resolver el conflicto hasta las acusaciones de que el anuncio fue "una burla para el campo". En líneas generales, el argumento de los intendentes es que los fondos que eventualmente recibirán por la coparticipación de las retenciones a la soja implica para sus municipios un impulso muy inferior al que registrarían de la propia actividad económica si se recortaran los derechos de exportación.(CLARÍN)