LIDERAZGO
Cómo decirle a su jefe que está equivocado
Usted estaba haciendo su trabajo de rutina cuando, de pronto, su jefe lo convocó a su oficina.
"Mire", le dijo, "he decidido hacer algunos cambios en nuestra política comercial". Seguidamente, dedicó una media hora a explicarle el nuevo plan.
Sin embargo, mientras su jefe hablaba, usted iba descubriendo que la iniciativa jamás podría funcionar. Pero, ¿cómo decírselo?
Un artículo de la American Management Association nos brinda algunos lineamientos útiles para decir al jefe que está equivocado. Veamos...
Lo que NO hay que hacer
Nunca interrumpa a su jefe mientras le explica el plan. Piense que él ha dedicado muchas horas en meditar sobre la forma de mejorar los resultados.
Así, si usted quiere ofenderlo interrúmpalo sistemáticamente para refutar todos los puntos del programa.
Pero si prefiere la vía diplomática, escúchelo pacientemente. Al final, responda: "Muchas gracias por su explicación. Déme unos días para evaluar el plan y luego le propongo que volvamos a reunirnos para discutir su implementación".
Lo que hay que hacer
Dedique los días siguientes a una minuciosa evaluación del plan de su jefe y a la elaboración de una contrapropuesta. Luego, convoque a una nueva reunión e implemente la siguiente estrategia.
No se apresure en probar su punto desde el comienzo. Por el contrario, formule todas las preguntas que necesite para comprender los objetivos de su jefe (y que se jefe perciba que usted ha comprendido): "¿cuáles son los objetivos que usted se propone lograr? ¿Por qué piensa que el plan servirá para alcanzarlos?"
Luego, es momento de actuar para convencer a su jefe de que el plan no funcionará.
Empiece hablando de los objetivos comunes: ambos quieren mejorar los resultados. Luego, rescate los puntos positivos del plan de su jefe.
Y, finalmente, proponga el plan alternativo que ha elaborado como un complemento para los puntos débiles. Hable de los resultados que espera alcanzar con su plan y sólo después de los procesos que espera implementar.
Sea breve. Su jefe es una persona ocupada. Sólo entre en detalles cuando se lo pidan.
En definitiva, si usted tiene un jefe autoritario, olvídese. Ni toda la diplomacia del mundo será suficiente para convencerlo de que está equivocado.
Pero, para jefes más abiertos, la forma en que se dicen las cosas puede marcar toda la diferencia entre el éxito y el fracaso. (MATERIABIZ)