MANAGEMENT
¿Cómo ser un buen líder?
En este momento estamos en un momento de gran desafío. La cultura existente pierde vigencia y el nuevo modelo de liderazgo aún no ha crecido lo suficiente para marcar huella. Ante este desafío, debemos preguntarnos: ¿Cómo pensamos que “debería” ser el líder del futuro próximo? ¿Qué acciones “debería” implementar para lograrlo?
Pensando en los líderes del futuro, impulsamos el método de “educar las emociones” y dirigirlas hacia objetivos. Esto implica realizar un camino que lleve a la “higiene psicológica”, es decir, “darse cuenta” desde qué posición interior y qué emociones ponemos en juego para lograr lo que nos proponemos.
Dicho de otra forma, educar las emociones es poner en la misma dirección lo que se siente, se piensa y se dice con lo que se hace. Es decir, alinearse para lograr las metas.
En este nuevo paradigma, deberíamos aportar herramientas que permitan:
Conocerse profundamente a sí mismo.
Tener conciencia, actitud y responsabilidad respecto de sí mismo, de los demás y de la tarea.
Lograr auto motivarse.
Poder neutralizar el impacto de los factores externos adversos.
Desarrollar empatía (capacidad de sintonizarse con los otros).
Escuchar, conocer y respetar el lenguaje no verbal.
Desarrollar una actitud comprometida con su visión y misión.
Resolver problemas y orientar comportamientos.
Tener conciencia de sí mismo y tener conciencia de los demás.
No apoyar su fortaleza en el poder.
Abrir espacios de diálogo e intercambio.
Tener autocritica y aceptar errores.
Ser flexible.
Compartir los logros.
Dar reconocimiento a los otros y a sí mismo.
Considerar la capacitación como una inversión y no como un gasto.
Que su visión sea ganar-ganar.
Aprender a vivir con otros y no sobre otros.
Ser consciente de su lugar y el modelo que ello implica.
Crearse espacios para su desarrollo personal.
Alcanzar estas cualidades implica estar involucrados con un nuevo modelo. Por aquello que se percibe cuando alguien habla desde la teoría, o cuando habla desde un lugar de desarrollo interno, estas características se notan en un líder. Por ejemplo, cuando cambia el tono, el estilo, el lenguaje, el clima y cómo comunica lo que comunica, no quiere ni convencer, ni atropellar, ni imponer. Lo que busca es trabajar con otros y no sobre otros.
El nivel emocional es la fuerza impulsora que moviliza la potencia que todos los líderes tienen. Cada vez que se “detiene” el crecimiento personal quedan enquistados en estados emocionales negativos y, de este modo, están cerrando la capacidad de aceptarse. Cuando ocurre eso, luego necesitan el doble de esfuerzo y de energía para lograr lo que se propongan alcanzar. (NEGOCIOS Y PYMES)