Críticas inglesas al G20

El ministro británico de Asuntos Exteriores, David Miliband, consideró que la grave crisis financiera internacional se debe afrontar con "idealismo y realismo" y que no sería sensato esperar que la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G-20, prevista para el 2 de abril en Londres, solucione todos los problemas.

"Hemos sido cuidadosos a la hora de no suscitar unas expectativas que no se puedan cumplir. Una conferencia de un día no soluciona los problemas del mundo", dijo Miliband en declaraciones en el Foreign Office a representantes de medios de prensa de cuatro países representados en la cumbre: Australia, España, Sudáfrica y Turquía.

El objetivo principal de la reunión de abril, en su opinión, debe ser "fijar un nuevo rumbo y tomar decisiones concretas que mejoren la vida de las personas; esa es la prueba para nosotros".

Miliband pidió "ser idealistas y realistas al mismo tiempo", teniendo en cuenta que "la profundidad de esta recesión es mayor de lo que la mayoría de la gente esperaba" y que lo que ocurre es "un desafío a nuestra visión sobre los mercados financieros y a nuestros conceptos sobre como se sostiene el crecimiento económico".

Ante los paralelismos que se han establecido con Bretton Woods, que creó una nueva estructura económica y financiera internacional tras la Segunda Guerra Mundial, Miliband recordó que aquella conferencia "fue un proceso de muchos años, no una cosa de un día, sino un largo proceso nacido del horror de una confrontación bélica".

El ministro añadió que esta llamada al realismo no pretende rebajar las expectativas sobre la cumbre del G-20 y subrayó que en la cita del 2 de abril "tenemos que asegurarnos de que tomamos las decisiones correctas para poner el mundo en un rumbo diferente".

La agenda de la cumbre será amplia, "para reflejar que no sólo vivimos una crisis financiera, sino también una crisis económica", y el resultado final será un acuerdo en el que habrá grandes diferencias de concepto, según el jefe de la diplomacia británica.

"No veo una división entre Europa y Estados Unidos", dijo Miliband en referencia a los diferentes enfoques que Washington y la Unión Europea quieren dar a las posibles soluciones de la crisis. Las discrepancias sobre si es necesario o no incrementar el endeudamiento de los Estados para inyectar más dinero a la economía y propiciar su recuperación reflejan "enfoques ligeramente diferentes", en opinión de Miliband, para quien lo importante es que "hay una unidad real de que no nos podemos quedar mirando". "El papel de los gobiernos es involucrarse", subrayó.

El máximo responsable de la cancillería británica expresó su confianza en que las discusiones durante la cumbre sirvan para regular y supervisar mejor los mercados financieros, pero también para impulsar un comercio más abierto y justo y cimentar el desarrollo.

Por eso, la agenda de la reunión "incluye asuntos relacionados con la coordinación macroeconómica, el desarrollo y el comercio y sobre cómo construimos una recuperación basada en una economía menos contaminante, que es la única posibilidad sostenible".

En tanto, Milibando subrayó la necesidad de impulsar el papel y los recursos de los organismos financieros internacionales, sobre todo del Fondo Monetario Internacional (FMI). "Es muy importante que incrementemos los recursos de los organismos financieros internacionales y que encontremos vías innovadoras para que el FMI contribuya a la solución. La economía ha cambiado globalmente y las instituciones globales tienen que estar a la altura de las circunstancias", señaló el ministro. (LA NACIÓN)