YPF importará combustible para hacer frente a la creciente demanda
Un 20 por ciento de lo que YPF produce en un mes deberá ahora ser importado. La próxima semana llegarán, así, 50.000 metros cúbicos de nafta súper para abastecer a la petrolera hispanoamericana que no puede hacer frente al salto de la demanda social local en las últimas semanas.
Este es un hecho único en treinta años, siendo la primera vez que se realiza este tipo de importación a causa de un faltante. Sólo en 1998, cuando el barril de petróleo alcanzaba los 12 dólares en el mundo, en épocas de la convertibilidad argentina, algunas estaciones de servicio independientes decidieron hacerlo por cuestiones de costo.
El Gobierno no lo dice, pero está muy preocupado con el abastecimiento y los precios en los surtidores. Eso percibe cada petrolero que atiende las llamadas de emisarios kirchneristas cada vez más nerviosos. La inquietud tiene una justificación: hasta ahora, si alguna vez se importó algo de nafta, siempre se hizo en las condiciones que el mercado define como "contra excedentes". Es decir, las petroleras exportaban el combustible y, si decidían comprar volúmenes en el exterior por alguna razón, lo hacían sin perder su condición de exportadores netos. Hoy, ni YPF ni Esso exportan. Otras petroleras, como Shell, sólo nafta común, la que menos se consume aquí.
Por motivos diversos, la Argentina ha importado siempre gasoil, pero no naftas. "Espero que esto no marque una tendencia estructural. Espero", se alarmó anoche, ante la consulta de LA NACION, el economista Daniel Montamat, ex presidente de YPF. En volúmenes no aclarados -pero considerablemente inferiores a los de YPF-, Esso confirmó que también había tenido que importar nafta de la uruguaya Ancap hace algunas semanas, como consecuencia de una parada técnica de su refinería en Campana.
YPF decidió anoche hacer silencio respecto del asunto. Pero sus motivos para importar son varios. El principal es que ha decidido tener, desde 2003, los precios más bajos del mercado y, por lo tanto, multiplica sus ventas. Así, lo que sería una gran noticia en la mayoría de los países del planeta es una amarga novedad en la Argentina: sólo es negocio vender en aquellas estaciones -por lo general, las menos expuestas a las tapas de los diarios- en que se ha podido aumentar los precios. De ahí que sea más caro cargar, por ejemplo, en la provincia de Formosa que en Av. del Libertador, frente a Barrio Parque. Por esta política corporativa, entre 2003 y este año YPF vio subir su participación del 45 al 56% en el mercado de naftas y del 50 al 58% en el de gasoil. Hay 298 ciudades en todo el país que sólo tienen estaciones de servicio YPF.
La otra razón es juzgada en el sector como un "error de cálculo de demanda". Tal vez, según razonan en el resto de las petroleras, la compañía no previó esos niveles de consumo en momentos en que sus refinerías de Luján de Cuyo y La Plata se aprestan a una etapa de mantenimiento: la primera, entre abril y mayo; la segunda, entre junio y julio. Así, ante las mayores ventas, el stock de nafta que se debía acumular para esos meses puede haberse consumido. Muestras de esta restricción sobran en gran parte de las estaciones de YPF, pero basta con recordar la medida que la empresa tomó el 1° de este mes con la distribuidora Dapsa, a la que le estaba vendiendo casi el doble de lo que fijaba el contrato. El acuerdo indicaba 4000 metros cúbicos de nafta y 11.000 de gasoil, pero estaba entregando 8000 y 18.000, respectivamente. Decidió, por lo tanto, volver a los volúmenes pactados, lo que desencadenó la furia de las estaciones de servicio blancas, principales compradoras de Dapsa.
El contexto obligó, entonces, a YPF a producir combustibles en un 0,6% por sobre su capacidad de refinación, algo que no hace ninguna de las otras petroleras y, según ejecutivos del sector, fuerza sus máquinas. Hay, por otra parte, poco espacio para guardar combustible: la Argentina no está en condiciones de almacenar, por ejemplo, la mitad de lo que produce YPF.
Razones de la demanda ¿Por qué subió tanto la demanda? Entre los petroleros dudan. Algunos advierten que, tal vez, a diferencia de otros años, muchos veraneantes decidieron esta vez tomarse vacaciones dentro del país. Pero nadie tiene una respuesta contundente.
De todos modos, la preocupación está en cuestiones más estructurales. Por ejemplo, en la significativa pérdida de mercado que ha tenido el resto de las petroleras en los últimos años en relación con YPF, lo que le otorga a la compañía hispano-argentina un abrumador liderazgo que, ante cualquier inconveniente, pone en riesgo el abastecimiento general. Si se toma el promedio entre nafta y gasoil, la ex petrolera estatal tiene un 56% de las ventas y está seguida, muy lejos, por Shell (14%), Esso (12%) y Petrobras (11%). (LA NACIÓN)