Economías regionales crecen en exportaciones pero enfrentan problemas de competitividad

Las economías regionales son el motor productivo, generadores de empleo y de divisas para diversas provincias. Desde la industria del vino, pasando por la producción láctea, hasta el algodón o el maní, ocupan un lugar destacado en el mundo de los agronegocios, pero lo cierto es que si bien algunas cierran el año con crecimiento en las exportaciones, también tantas otras sufren problemas estructurales derivados del incremento en los costos y la falta de mano de obra, entre otros factores.

Según los datos del INDEC, las exportaciones no tradicionales y de economías regionales alcanzaron los u$s12.184 millones durante los primeros diez meses del año, registrando un crecimiento del 10% con respecto al periodo anterior. Cabe señalar que la participación sobre el total exportado (u$s6.347 millones) por el sector agroindustrial se mantuvo en valores similares al periodo 2021 alcanzando el 24%.

En este marco, la evolución de los volúmenes exportados mostró una tendencia positiva más estable a diferencia de la dinámica de los valores de exportaciones. En este contexto, se destaca el desempeño positivo de las ventas de 20 productos que mostraron signos de recuperación y/o crecimiento en los siguientes rubros: arvejas (+149%), tomates frescos (+64%), aceites esenciales (+46%), tabaco (+36%), aceite de maní (+23%), huevos y ovoproductos (+22%), moluscos (+21%), yerba mate (+21%), leche en polvo (+20%), aceitunas en conserva (+19%), garbanzos (+17%), miel (+11%), maquinaria agrícola (+9%), carne vacuna (+9%), quesos (+6%), carne aviar (+5), papas frescas (+3), maní sin cáscara (+3%) y algodón (+1).

En este contexto, y a modo de balance de año, el sector de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), a través de su director, Eduardo Rodríguez, advirtió sobre las dificultades que tuvieron que afrontar las distintas actividades productivas: “La falta de mano de obra temporaria (trabajadores golondrinas) fue y continúa siendo notoria en peras y manzanas, vitivinícola, olivícola, tabacalero, citrícola, yerbatero y frutas finas, por citar algunos complejos productivos. El problema aún no ha sido resuelto y se ha transformado en un factor inquietante para nuestros productores ya que no hay nada peor para un productor pyme de las economías regionales que no poder levantar su cosecha tras un año de espera. A este panorama, hay que sumarle una macroeconomía no acomodada y una brecha cambiaria que no nos permite comprar insumos elementales para la producción -semillas, fitosanitarios y fertilizantes- al mismo valor en el que vendemos nuestros productos”.

Más concretamente, Rodríguez remarca: “En líneas generales, podemos decir que nuestras producciones no han sido escuchadas ni atendidas, pero por suerte, en su gran mayoría, nuestras plantaciones son ciclos perennes y hemos podido incrementar las exportaciones en dólares y mantener los volúmenes con respecto al 2021. Las economías regionales, quienes representamos el 63% de los productores nacionales y damos trabajo en forma directa a más de 625.000 jornaleros, exportamos por 7.600 millones de dólares y atendemos diariamente la demanda doméstica de frutas y verduras, huevo, pollo, leche, té, yerba, algodón, aceitunas, vino, maderas; por citar algunos productos”.

De cara al año próximo y según lo anticipado por el Gobierno, se buscaría la reducción de las retenciones y se incrementarían los reintegros justamente para las actividades de las economías regionales que hoy afrontan una crisis de competitividad. En tanto, diversos son los sectores que están pidiendo baja en las retenciones también para continuar creciendo en envíos.

La agenda entonces seguirá abierta hacia 2023 con miras a continuar incrementando las exportaciones pero también para subsanar problemas de fondo de actividades claves para la economía local.

Fuente: Ambito