El 70% de los trabajadores cobra menos de $63.000
El coeficiente de Gini, que mide los niveles de igualdad y desigualdad de ingresos en una sociedad, pasó del 0,441 al 0,424. Esto da cuenta de una disminución de la desigualdad en términos de ingresos per cápita familiar. Según el Indec, la brecha entre la mediana del decil más rico del país y el decil más vulnerable se achicó dos puntos. Sin embargo, esta es solo una parte de la película. Otro dato que surge de la Encuesta Permanente de Hogares es que el 61,9% de la población que percibió algún tipo de ingreso (asalariados e ingresos no laborales) en el tercer trimestre de este año lo hizo con un promedio de 83.755 pesos.
Una canasta básica total para una familia tipo de cuatro personas se ubicaba en septiembre en los 128.000 pesos. El bajo nivel salarial podría explicarse porque, tal como difundió el propio Indec al dar a conocer la desocupación al tercer trimestre, la mayor creación de empleo fue en los sectores informales y el cuentapropismo.
Según el Indec, dentro de la población ocupada se registró un ingreso promedio de $78.930 y un ingreso mediano de $62.000, equivalente al límite superior de ingresos del decil 5, bajo el cual se sitúa el 50% de las personas ocupadas. Para Hernán Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), el Gini no es el mejor indicador para determinar los verdaderos niveles de desigualdad.
“El Gini es la diferencia entre ingresos de unos y otros deciles. El problema es la distribución del ingreso, es decir cómo se distribuye la torta entre el capital y el trabajo. Ya hace rato que el Gini no viene dando tan mal. El tema es que cada vez la torta es más chiquitita”, sostuvo el economista.
Para la consultora LCG, el ingreso per cápita promedio ponderado se ubicó en los $52.596, marcando una caída del 10,7% real respecto al tercer trimestre del año pasado, donde los ingresos de los deciles más bajos (40% de la EPH) cayeron un 8% interanual en términos reales y los que ocupan los deciles medios (que van del 5 al 8) registraron una merma del 10% en términos reales. Los deciles más ricos también tuvieron una caída de ingresos según esta consultora, pero en términos sociales y condiciones de vida, la caída pega más en los sectores vulnerables.
Este dato no puede analizarse sin el contexto de lo ocurrido con la desocupación al tercer trimestre del año, que, si bien se redujo 1,2 puntos porcentuales, fue a partir de la creación de empleo precario. Es decir, aumentó la proporción de aquellas personas sin descuento jubilatorio, al pasar del 33,1% al 37,4, una suba de 4,3 puntos porcentuales. También se registró un aumento del cuentapropismo, que pasó del 22,3% en el tercer trimestre del año pasado al 23,5%.
Para un sector del Frente de Todos, el aumento de la rentabilidad del sector privado de los últimos dos años estuvo relacionada con un incremento de la productividad de la fuerza laboral, que no se vio reflejado en los niveles salariales. De ahí la discusión que intentó darse sobre una suma fija.
Para el CEPA, el bono por única vez de $24.000 alcanzará a 4,4 millones de personas. “Al prorratear su impacto en todo 2022, podría concluirse que en promedio el salario neto de este año se ubicaría 1% por encima del promedio de 2021. El bono no introduce mejoras sustanciales en el bolsillo de trabajadores/as registrados, dada su característica básica: se trata de una suma acotada a un solo mes y no de un concepto que se introduce al salario de forma permanente”, concluyó este centro de estudios en un reciente informe.
Fuente: Diario BAE