EDUCACIÓN
"El 85% de la investigaciones se desarrolla en las universidades"
"La educación superior hoy tiene una importancia estratégica como instrumento para el desarrollo sustentable de los países. En esta actual sociedad del conocimiento, los países más competitivos son aquellos que producen más conocimiento y, por lo tanto, se lo pueden añadir a los productos que se elaboran”, afirmó Ana Lúcia Gazzola, directora del Instituto Internacional para la Educación Superior en América Latina y el Caribe de la Unesco.
La especialista destacó que, al contrario de lo que ocurre en otros países, en toda la América hispana, el 85% de la investigación está en el seno de las universidades.
Sin embargo, la cobertura respecto de la población todavía es baja. Comentó que mientras en los países desarrollados un 55% de los jóvenes de entre 20 y 24 años son universitarios, la media en América latina y el caribe es el 32%. En la Argentina, el porcentaje se ubica en alrededor del 45%.
Asimismo, se considera que la inversión en ciencia y tecnología debería ser del 1% del Producto Bruto Interno (PBI), pero en Latinoamérica sólo un país alcanza esa meta: Brasil, con el 1,02%. Le sigue Panamá, con el 0,90%. La media regional es del 0.72% y en la Argentina el porcentaje se ubica en el 0,45%.
"Esto es inversión pública, ya que uno de los problemas de nuestros países es que las empresas no invierten en investigación; prefieren importar conocimiento. Si bien esa práctica ofrece resultados más rápidos, impide el desarrollo de los países y genera dependencia”, sostuvo Gazzola.
"Además, ese conocimiento importado no siempre se puede aplicar tal cual dadas las diferencias entre uno y otro país, o bien nos hacen perder de vista las riquezas que nosotros tenemos, como el agua y la biodiversidad”, añadió.
La experta considera que la educación superior debe basarse en tres pilares: universidades, empresas y Estado. Este último debe ser el encargado de garantizar que el sistema educativo pueda resolver las necesidades del mercado pero también de asegurar la calidad de la educación pública. Esto último es fundamental ya que los grandes cambios tecnológicos son consecuencia de las investigaciones en ciencia básica. (LA GACETA)