El Banco Central con mejores reservas
Durante mucho tiempo economistas y consultores privados manifestaron sus dudas sobre la real solidez de la posición de reservas en oro y divisas del Banco Central, porque argumentaban que tenían como contrapartida una inquietante porción de deuda de la autoridad monetaria para absorber la liquidez que creaba con la política de "flotación cambiaria administrada".
Sin embargo, los últimos datos del BCRA correspondiente a los valores promedio del cierre del 2008 dieron cuenta de que tanto en diciembre, como más aún en los últimos doce meses, la conducción a cargo de Martín Redrado pudo demostrar que la reducción de los clásicos instrumentos de regulación de la cantidad de dinero, más allá de los encajes sobre los depósitos, no impidieron sostener el objetivo de acumulación de reservas.
Así, mientras los primeros, compuestos por el stock de Letras del Banco Central en pesos y dólares, Notas y operaciones de pases o Repos (préstamos de las entidades financieras contra garantía de títulos públicos) se contrajeron 11,6% respecto de noviembre y 12,8% en comparación con un año antes, el saldo de oro y divisas, por el contrario se elevó en 1,2 y 1,1%, para dichos plazos.
Considerados en valores monetarios equivalentes, dichas variaciones fueron de caída de los primeros en u$s2.281 M en el mes y u$s3.506 M en doce meses, mientras que las reservas se elevaron en esos períodos en u$s534 M y 488 millones de dólares.
Doble mérito En consecuencia, el equipo de Martín Redrado echó por tierra los temores de una inquietante pérdida de respaldo de los pesos en circulación, pese a que desde enero de 2002 se abandonó el régimen de convertibilidad, porque pudo demostrar con la fuerza de los números que la inyección de liquidez que provocó las cancelaciones de Lebac, Nobac y pases por parte de las entidades financieras no tuvo su contrapartida en la caída de las reservas que proyectaban los privados.
Es decir, la expansión de la liquidez que generó la recuperación de la posición de posición de oro y divisas, en un contexto de aumento de la paridad cambiaria al ritmo del índice oficial de precios en los últimos doce meses, no debió ser esterilizada por la vía de la colocación de instrumentos de regulación monetaria, como los citados títulos del BCRA.
No obstante, alertan los economistas de las consultoras privadas que si bien no rige la convertibilidad del peso, menos aún a una paridad fija, a modo de ejercicio no puede desmerecerse el hecho que ahora la relación entre la base monetaria y las reservas se elevó de 2,11 pesos por dólar en diciembre de 2007 a $2,30, al cierre del mes pasado.
Pero peor todavía, agregan, esas proporciones treparon de $5,27 a $5,80 cuando se cambia el numerador por agregado monetario más amplio, como es el M3, el cual comprende a la circulación monetaria en poder del público, más los depósitos de los particulares en cuentas corrientes y cajas de ahorro y en colocaciones a plazo fijo.(INFOBAE)