POLÍTICA ECONÓMICA
El Gobierno estima continuar en 2011 con la política de desendeudamiento
El Gobierno nacional continuará en 2011 con la política de desendeudamiento, con cronograma de vencimientos de la deuda sin sobresaltos, siendo el Cupón atado al PBI que se paga en diciembre el mayor pago a afrontar, de cerca de 2.500 millones de dólares, debido al fuerte crecimiento de la economía en el 2010.
Aún falta el dato oficial de diciembre, pero para efectuar los cálculos de pago, en el equipo económico estiman que resultará en un 8,9% el crecimiento de la economía durante el período que acaba de culminar.
Con estos números, los tres mayores pagos del año son los siguientes: 1.550 millones del vencimiento del Bonar V; unos 2.230 millones de dólares del vencimiento de Boden 2012, y los 2.410 millones que se estima otorgará el cupón atado al crecimiento.
Se trata de la primera vez que sucede que el pago del Cupón atado al PIB supera al del Boden 2012, título que fue emitido por el Estado para saldar los daños que provocó el corralito y luego el corralón de depósitos durante la crisis del 2001.
Los funcionarios trabajan con proyecciones y metas en donde no se contempla la posibilidad de salir al mercado de deuda para el 2011, pese a que las condiciones de liquidez internacional permitirían acceso al financiamiento a una de las tasa más bajas en años: hoy el Global 17, el título de referencia y uno de los emitidos en el canje de la deuda, rinde bastante menos que los dos dígitos, un 7,93% en el mercado.
Sin embargo, más allá de culminado de renegociar en el 2010 el 93% de la deuda con los bonistas en default y de la inminencia con el Club de Paris, el Gobierno mantendría su política de desendeudamiento con el sector privado, sin necesidad de un rollover (renovación) en el mercado.
Para hacer frente a esos tres pagos incluidos en las necesidades de financiamiento totales del año 2011 (gastos menos los recursos disponibles), que rondan el equivalente a los 60.000 millones de pesos, Economía se nutrirá básicamente de las reservas (los 7.500 millones de dólares aprobados por decreto y ratificados por el directorio del Central), los adelantos transitorios y utilidades del BCRA, y de refinanciación de deuda existente con organismos intra sector público (Banco Nación y Anses, entre otros).
Se destaca que si bien no se precisó oficialmente el monto a recolocar entre organismos oficiales, el 50% de los vencimientos en intereses, y de 40% del capital, se encuentran en manos de dependencias públicas.
Los analistas, más allá de que tienen cierta diferencia con los números, descuentan que en el 2011 la deuda no será una complicación.
"No hay problemas con los servicios de la deuda, cuya totalidad se pagaría con reservas y fondos del Central", sostiene Ramiro Castiñeira, de Econométrica, que estimó las necesidades financieras, por cerca de 10.600 millones de dólares, si bien su cálculo es neto de la deuda intrasector público.
Aún si la Argentina lograra un acuerdo con el Club de Paris, que podría demandarle pagos adicionales para este año, el escenario base es no salir a endeudarse.
El ministro de Economía, Amado Boudou, sostuvo públicamente que no se va cerrar un acuerdo que obligue a la Argentina a endeudarse nuevamente para pagarle al Club.
En el mercado creen que si la Argentina arregla a pagar por ejemplo a tres años, deberían sumarse unos 2.000 millones de dólares al plan de pagos de este año.
Como sea, aún si el Estado argentino quisiera o necesitara salir a colocar bonos, hoy eso no es un problema, razona Castiñeira.
"La Argentina hoy tiene vencimientos totales en deuda menores al 2,5% del PIB. Eso hoy no sucede en casi ningún país del mundo. A modo de ejemplo, Brasil tiene vencimiento que, sólo en intereses, representan el 6% del Producto", dijo, recordando también que en el 2001 el país tenía una deuda de 4% del Producto sólo en intereses, y con abultado déficit fiscal.
Es elocuente la pérdida de peso que fueron teniendo los mercados a la hora de marcar las necesidades de financieras del país. Y ese fue el norte de la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, que priorizó la búsqueda del menor costo posible a la hora de salir a buscar financiamiento y la descompresión de vencimientos de los años venideros más cercanos, con canjes de la deuda de bonos puntuales.
La reestatización de las AFJP y el uso de las reservas para pagar deuda son dos claros exponentes de ello, y contribuyeron a bajar enormemente el riesgo crediticio a los ojos de inversores y calificadoras.
Según el perfil de vencimientos publicado por el Ministerio de Economía de aquí hasta el 2020, se observa que el sector privado no supera, en promedio, una participación del 32% de vencimientos de capital, y de 52% en intereses.
Asimismo, según estimaciones del director del Banco Nación, Matías Kulfas, en el 2010 el Gobierno se ahorró de pagar 1.000 millones en intereses al utilizar reservas, si hubiese utilizado la alternativa de salir al mercado.
Con todo este reaseguro de pago y el país en crecimiento, el riesgo país, esa sobretasa que pagan los países por sobre los bonos del Tesoro de los Estados Unidos, ronda los 470 puntos, duplica al de Brasil. Esa desconfianza de los mercados es el costo de haber incurrido en el mayor default soberano de la historia.
La última gran pieza a reacomodar del engranaje de incumplimientos es el Club de París. Dicho arreglo permitirá seguir bajando la brecha de riesgo, respecto de los bonos considerados los más seguros del mundo, que paradójicamente fueron emitidos en Estados Unidos y Europa, países que hoy son el epicentro de la crisis financiera internacional.
(Telam)