INTERNACIONAL

El PP de Rajoy se impuso en Galicia y los nacionalistas ganaron en el País Vasco

El derechista Partido Popular consiguió un triunfo clave en las elecciones de Galicia, feudo conservador en que resiste pese al malestar social por el ajuste, mientras en el País Vasco ganaron los nacionalistas bajo fuerte presión de los independentistas, que obtuvieron sus mejores resultados sin ETA. En Galicia, el presidente y candidato a la reelección, Alberto Núñez Feijóo, obtuvo un triunfo histórico para el PP, al conseguir ampliar su actual mayoría absoluta de 38 a 41 diputados, con el 46 % de los sufragios, escrutado el 74% de los votos.

Rajoy puede respirar aliviado, mientras Núñez Feijóo se podrá colgar una medalla, incluso de cara a la futura sucesión en el PP, al haber conseguido algo que no parecía tan sencillo en un escenario económico tan adverso.

El gobierno gallego, pionero en la implementación del duro ajuste fondomonetarista para pagar la deuda con la banca europea, obtuvo no sólo una mayoría absoluta, sino que consiguió más escaños que en 2009.

Analistas aseguran que los gallegos votaron en clave regional e incluso personalista y que el triunfo es obra de Núñez Feijóo y quizás también del aparato partidista y el clientelismo del PP en Galicia. Pero aseguran que no se trata de una revalidación de las políticas de austeridad de Rajoy.

En todo caso, el jefe del Ejecutivo español no desaprovechará la oportunidad de anotarse este triunfo y traducirlo en un aval a sus políticas en un momento de extrema debilidad y de escalada del conflicto social.

Rajoy aún tiene pendiente anunciar el pedido de un rescate soberano a la Unión Europea (UE) para aliviar la presión sobre la deuda del país, que los inversores dan por hecho y que vendría acompañado por más esfuerzos en términos de recortes de gasto.

En este contexto, el presidente afrontará el próximo 14 de noviembre su segunda huelga general en menos de un año.

Con estos resultados los socialistas deberán hacer una profunda reflexión, ya que las urnas indican que están dejando de ser la fuerza hegemónica de la izquierda y perdiendo fuerza ante opciones regionales.

Los socialistas del poco carismático Pachi Vázquez obtuvieron su peor resultado al caer de 25 a 18 diputados, con el 20,6% de los votos.

Prueba del avance de la “otra izquierda” es la irrupción de la Alternativa Galega de Esquerda (AGE) de Xosé Manuel Beiras, que parece obtener un gran rédito de su alianza con Izquierda Unida (IU), al conseguir 9 escaños y el 13% de los votos.

Beiras, histórico y polémico líder nacionalista gallego de 76 años, pidió el voto de los indignados, de los castigados por la crisis, de los que buscaban una alternativa a la gestión actual de situación económica.

De esta forma desplazó al Bloque Nacionalista Galego (BNG) a un cuarto lugar, con 7 diputados y el 10% de los votos.

Los socialistas y su máximo líder, Alfredo Pérez Rucalcaba, reciben un claro mensaje de los electores, que no parecen identificarse con sus candidatos y la estrategia de blanda oposición en la “tormenta” financiera que vive España.

Así lo ponen también de manifiesto los resultados en el norteño País Vasco, donde el vencedor fue el derechista Partido Nacionalista Vasco (PNV) de Iñigo Urkullu, que ganó con el 34,63% un total de 27 diputados, escrutados más del 90% de los sufragios.

La gran novedad es que en los primeros comicios sin ETA, la coalición independentista EH-Bildu, que encabeza Laura Mintegi, consiguió los mejores resultados de la historia para la llamada “izquierda abertzale” (patriótica vasca), que estuvo proscrita en 2009, al lograr 21 diputados con el 25% de los votos.

En cambio, los socialistas del actual “lehendakari”, Patxi López, quien se presentó como el defensor del estado de bienestar ante los recortes del PP que llegan desde Madrid, perdieron 9 representantes y pasaron de 25 a 16 escaños, con el 19% de los votos.

El PP de Antonio Basagoiti perdió 3 escaños y se quedó con 10, con el 11% de los apoyos, mientras que la formación UPyD (Unión, Progreso y Democracia) mantuvo su único escaño.

Los nacionalistas vascos, cristianos y de derechas recuperan así su tradicional liderazgo en el País Vasco, perdido en los últimos tres años gracias a un acuerdo “contra natura” entre los socialista y el Partido Popular (PP), posible por la ausencia de la izquierda abertzale.

Pero como en el pasado, se necesitarán acuerdos entre partidos para gobernar, con la diferencia de que ahora Euskadi tendrá el parlamento más soberanista de su historia.

“Dos de cada tres parlamentarios van a ser abertzales, nacionalistas”, dijo Mintegi al valorar los resultados. “Es hora de parar las ordenes que llegan de Madrid, las imposiciones”, añadió tras augurar un nuevo camino hacia “un País Vasco libre y solidario en Europa”.

Urkullu tendrá por delante una agenda compleja, con la crisis económica como prioridad, aunque con el desafío separatista de Cataluña sobrevolando el cielo de España se verá obligado a abandonar la ambigüedad en la que se instaló respecto a su modelo de relación entre el País Vasco y España.

Rajoy pude enfrentarse a un grave problema de estabilidad política. Pero por el momento, con el triunfo sobre sus espaldas, Urkullu envió un mensaje conciliador.

“Comienza una nueva era y ha quedado claro que el pueblo vasco va más lejos que cualquier ideología y partido. Euskadi es plural, este pueblo exige acuerdo amplios”, afirmó.

“Nos enfrentamos a una situación de crisis y paro (desempleo), necesitamos construir la paz y al convivencia, y debemos desarrollar un proyecto político compartido en Esukadi, este país no se pude construir a través del enfrentamiento y la exclusión, debe construirse entre todos y para todos”, agregó.

Fuente: Télam