INFORME

El diseño de las oficinas laborales influye en el rendimiento de los empleados

No es novedad para nadie que las comodidades de una oficina impactan sobre el rendimiento de los trabajadores. Los tristes cubículos débilmente iluminados, con sillas incómodas (e insalubres) constituyen una poderosa causa de desmotivación y ausentismo.

Según una encuesta realizada en San Francisco, un 48 por ciento de los trabajadores afirmaron estar dispuestos a trabajar una hora extra por día si la empresa mejorara las condiciones edilicias.

En este marco, quizá valga la pena destinar alguna porción del presupuesto para el tema (de hecho, bajo esta perspectiva, podría justificarse el gasto bajo el rubro de "inversión en recursos humanos").

Ahora bien, ¿qué criterio utilizar en la remodelación? ¿Cuál es el diseño más efectivo? En principio, no existe una receta única. En buena medida, las decisiones dependerán de la creatividad de cada empresa y de las necesidades funcionales del espacio de trabajo.

Un artículo de Business Week nos ofrece algunas ideas basadas en casos reales de empresarios que se tomaron en serio el tema e invirtieron en la construcción de oficinas concebidas para una máxima productividad. Veamos...

La metalúrgica californiana, Bobco Metals, era una típica empresa de la vieja economía con oscuras oficinas repletas de cubículos y paredes. Un buen día, el management decidió una revolución estética.

Se mejoró la iluminación y se derribaron las paredes para que todos los empleados compartieran un mismo espacio de trabajo y pudieran incrementar su comunicación.

Además de mejorar el clima laboral, la nueva disposición ofrecía una clara ventaja para el management: una oficina sin paredes aumentaba considerablemente las capacidades de supervisión.

Bastaba con echar un vistazo para controlar las actividades de cada empleado.

El artículo de BusinessWeek también nos acerca la historia de un empresario de Florida que se inspiró en su pasión por el arte a la hora de diseñar las oficinas de su compañía.

Este hombre compró una vieja concesionaria de automóviles en una zona industrial de Miami y la recicló para construir una oficina-museo "cool".

Se instalaron paredes móviles para modificar a voluntad el espacio y se empezaron a organizar muestras artísticas. Así, los empleados comenzaron a trabajar en un ambiente más parecido a un museo que a una empresa convencional.

¿El costo de los arreglos? Cuatro millones de dólares. Desde luego, gastar esta cifra en remodelar una oficina parece una excentricidad para la mayoría de las empresas argentinas y latinoamericanas (incluso, para las grandes compañías).

Sin embargo, no es necesario invertir una fortuna para diseñar un espacio laboral amigable.

Verb, una micropyme neoyorkina de apenas siete empleados, renovó completamente su estética con apenas 25.000 dólares. Esta empresa de la industria audiovisual reemplazó los cubículos por un serpenteante mostrador que oficia tanto como recepción y mesa de trabajo.

Verb también construyó oficinas separadas por paredes de vidrio. Y, lo mejor de todo, las refacciones se ejecutaron en un plazo de apenas dos meses sin obstaculizar las operaciones corrientes de la firma.

En definitiva, señala el artículo de BusinessWeek, las restricciones presupuestarias no deberían ser un impedimento para mejorar el espacio laboral. Un poco de creatividad permite encontrar soluciones para cualquier bolsillo.

Y, si tenemos en cuenta que pasamos al menos un tercio de nuestro día en la oficina, una modesta inversión en infraestructura puede generar enormes retornos en términos de motivación, presentismo y calidad de vida. (iEco)