CONFLICTO AGRARIO
El gobierno pateó el tablero de la negociación
La aparición de Guillermo Moreno, el secretario de Comercio Interior, en medio del “diálogo” acordado entre el gobierno y las entidades que transitaba ayer por una etapa técnica, da inicio a otra etapa en el conflicto entre el agro y el poder central.
Desde Casa Rosada no se advirtió ninguna comunicación oficial acerca de las andanzas que el controvertido funcionario habría proferido a numerosos actores, y que arrancaron en el Mercado de Liniers para terminar en la mesa técnica junto a su par, el secretario Javier De Urquiza, hablando de trigo y la cacareada promesa de un precio lleno para el productor.
La irrupción de Moreno con sus usos y costumbres en el complejo escenario de la negociación, y la ausencia de una desautorización de sus jefes administrativos y políticos, hace suponer que el hombre que maneja la cartera del comercio interior cumplió con una misión que le ha sido asignada.
Las cuatro entidades acordaron emitir un comunicado bastante impreciso donde atribuyen “presiones y amenazas” a “funcionarios relacionados con el Comercio de Ganados y Carnes”. Para SRA, FAA, CRA y Coninagro se trata de “una inequívoca maniobra” que apunta a “embarrar la cancha”, al solo efecto de buscar “el fracaso de las gestiones de buena voluntad iniciadas por la Presidenta y las entidades”.
Menos vagos en sus declaraciones fueron los representantes de las entidades que expresaron su parecer en forma asilada. El segundo de Eduardo Buzzi, Ulises Forte (FAA) no solamente comparó a Moreno con José López Rega (foto), el creador de la triple A; sino que aseguró que el funcionario “estuvo en el Mercado de Liniers amenazando a los consignatarios, hizo una recorrida apretándolos de que en caso de volver al paro siguieran abasteciendo el mercado”.
La aseveración del vicepresidente de la FAA fue confirmada por este medio con diversas fuentes. “Este es el fin de Moreno”, señalaba en diálogo informal con El Enfiteuta un ex funcionario del gobierno cuya renuncia estuvo muy vinculada al polémico secretario. Pero si Moreno quiere garantizar el abastecimiento de carne ante una eventual continuidad del paro, puede tratarse de otra cosa.
En ese contexto es válido creer que el mismo gobierno está abriendo el paraguas ante un nuevo conflicto y ordena a su funcionario que impida el desabastecimiento que ya está previendo. Esto equivale a pensar que Moreno hace lo que le piden desde el poder central, y no que sus actos son obra de su propia iniciativa. Algo que tiene la perfecta lógica del matrimonio Kirchner.
De todos los anuncios formulados por el gobierno, el único que se puso en marcha es el de las retenciones móviles, implementadas hace un mes y monedas. El resto de las medidas anunciadas que se argumentaron para compensar al chacarero, cuando el gobierno descubrió que había pequeños productores, todavía están en carpeta.
Hasta ahora no hay fletes diferenciales, ni reembolsos a productores, ni apertura para el trigo, ni estímulo a las economías regionales. Todo lo que hay por el momento y en forma efectiva es el nuevo esquema de retenciones móviles.
El malestar en las bases es cada vez más fuerte, y basta con conversar con cualquier sociedad rural para verificarlo. De hecho ya hay asambleas de productores, como la de San Pedro en Buenos Aires, que reclaman a sus representaciones nacionales que abandonen el diálogo para reanudar la protesta.
El baile más feo lo tienen que dar las entidades nacionales que no han conseguido nada hasta el momento, en ninguna de las reuniones mantenidas hasta ahora. Pero que han comprendido que son el único puente con la racionalidad que le queda al gobierno ante la pérdida de credibilidad en la que ha caído producto de su propia torpeza. (EL ENFITEUTA)