El pacto social pasó al archivo. Consecuencias de la derrota en el Senado

Si alguna vez llegó a cobrar vida, Vicente Nario terminó de morir con el veto de Julio Cobos a la suba de retenciones. El Gobierno archivó la idea del pacto social para después del recambio de ministros que madura en Olivos. Y con él enterró por un buen tiempo las medidas que tenía en gatera para retomar el protagonismo tras la crisis del campo: acuerdo de precios y salarios, rebaja de impuestos a las pymes, perdonazo impositivo para la repatriación de capitales y revisión de las estadísticas del INDEC.

Según fuentes oficiales, también habrá que esperar más para la movilidad de las jubilaciones, la suba del salario mínimo y el recorte de Ganancias para los sueldos más altos. Son los anuncios más simpáticos con los que apostaba a recuperar el favor popular perdido.

El cálculo político es simple. Las espadas K creen que las medidas bajo estudio servían para tapar el descontento que podía generar un triunfo con lo justo en el Senado. Pero que no alcanzan ni por lejos para disimular la derrota. Por eso piensan que ahora se impone la cirugía mayor.

La reacción positiva de los mercados dio ayer aire a los economistas más optimistas del elenco gubernamental. Entre ellos se especula que a la baja del dólar mayorista y a la suba de los bonos de la deuda le seguirá una mejora en el humor inversor de los demás sectores. Especialmente la industria y el comercio quejosos por el enfriamiento de la economía.

Si los exportadores empiezan a liquidar los dólares sojeros y el Banco Central a comprarlos, proyectan, habría más pesos en la calle para fogonear el consumo. Eso haría bajar algo las tasas, reactivaría el crédito y empujaría la demanda bastante más que una rebaja de Ganancias o un retoque del sueldo mínimo.

Entre los empresarios aún reina el desconcierto. Igual algunos esperan una convocatoria oficial al campo y un armisticio político que calme las aguas. “Lo de Cobos puede envalentonar a todos los lobbies, pero también tranquilizarlos si baja la confrontación”, comentó a Crítica de la Argentina una de las fuentes consultadas.

Claro que la confrontación bajará sólo si el Gobierno cumple en respetar lo resuelto en el Senado. Y si luego convoca a las entidades del campo con un menú de medidas para la soja, pero también para la lechería y la ganadería.

Para eso, el recambio de gabinete deberá incluir el nombramiento en Agricultura de alguien capaz de tender puentes con el ruralismo. “No descarten a Felipe, que con lo de Reutemann y Cobos ya no es tan traidor ni tan hijo de puta”, advirtió otra fuente oficial en alusión al diputado bonaerense Solá, otro que saltó del redil kirchnerista y que se ganó esos improperios de su colega Carlos Kunkel.

El pacto social es una vieja aspiración de la Unión Industrial, que preside Juan Carlos Lascurain. Se sumaron la Cámara de Comercio la Asociación de Bancos, la Cámara de la Construcción, la Bolsa de Comercio y la CGT, que fueron acercando una a una sus propuestas a la Presidenta.

Las empresas apostaban a usarlo para frenar los reclamos salariales de los gremios y el Gobierno para contener los precios. La idea inicial era anunciarlo el 25 de Mayo, aunque luego se postergó para el 9 de Julio y luego terminó por desdibujarse. El envío al Congreso de la ley de movilidad de las jubilaciones era uno de los anuncios bajo estudio para lanzar en paralelo al pacto.

Cola de paja por el “bono trucho”

El Gobierno endureció las sanciones para las empresas que aprovechen indebidamente el subsidio oficial a la producción de maquinaria. Tal como denunció este diario la semana pasada, esa ayuda estatal fue cobrada en bonos truchos por empresas fantasma, compañías sin empleados y monotributistas que no debían acceder a ella. En total el régimen cuesta casi 1.000 millones de pesos anuales.

En una resolución publicada ayer en el Boletín Oficial, el Ministerio de Economía dispuso que ahora, “en caso de detectarse indicios de irregularidades”, la Secretaría de Industria “dispondrá la suspensión de la entrega del bono fiscal”. La pregunta que surge es la obvia. Hasta ayer, si había esos mismos indicios, ¿se los entregaban igual?

Fuente: Critica Digital

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