El riesgo país no deja de subir: creció 50% en lo que va de 2008
Las compras del Banco Central frenan algo, pero no detienen, la caída de los títulos públicos que se traduce en un ascenso constante del riesgo país. Ayer ese indicador volvió a tocar un "pico post-default" al registrar 629 puntos. Creció más del 50% en la primera mitad del año y supera ya a los riesgos de Venezuela o Ecuador.
Vale una salvedad. El riesgo país tal como se lo conoce mide solamente la deuda soberana en dólares emitida por la Argentina. Pero deja a un lado todos los títulos en pesos, que fueron emitidos en el canje de deuda y hoy representan cerca del 50% de la deuda soberana argentina.
Precisamente por este "bache" que no cubre el riesgo país es que muchos inversores vuelcan su mirada hacia la cobertura de default (credit swap default) que trepa largamente por encima de los 700 puntos.
Ayer el Central, precisamente invirtió 70 millones de dólares de sus reservas especialmente en comprar bonos de descuento emitidos en pesos.
El problema es que los papeles que deja de lado el Central terminan siendo los más castigados. Hay bonos en pesos, como el Pre 12, que rinden más del 22%. Y bonos en dólares como el Bonar X (vence en 2017) cuyo rendimeinto ya está encima del 12%. Esa es la tasa, precisamente, que debería pagar hoy la Argentina si intentase tomar o renovar deuda en dólares.
Pero no hay planes al respecto. A no ser que surja alguna nueva compra directa por parte del gobierno de Venezuela, la Argentina intentará sacar adelante los vencimientos con el superávit fiscal y colocaciones de deuda a tasas por debajo de las de mercado a organismos como la ANSeS, la AFIP, o Lotería.
Claro que ese no es todo el problema. El mercado financiero está totalmente cerrado para las empresas privadas. Hoy lo único que está más o menos activo es el descuento de documentos -cheques de pago diferido- a tasas que superan el 20% anual en pesos para clientes importantes.
Al violento freno a la economía que provocó el conflicto Gobierno-campo se suma algo que viene de antes. La inflación, y las estadísticas oficiales, en las que ya nadie cree.
Los bonos que ajustan por inflación están hoy sí, ajustando, pero hacia abajo. Su precio cae con cada nuevo anuncio oficial sobre la inflación que difunde mes a mes el INDEC. Se estima que para junio la inflación real no bajó del 2%, pero el Gobierno dirá que rondó el 0,5%. Esa diferencia es la que recortarán de los precios los inversores que aún conservan estos papeles.
El problema es que buena parte de esa deuda está hoy en manos de las AFJP. De ahí que los rendimientos de los fondos de la jubilación privada estén cayendo a pique. En mayo ganaron un 1,5% anual, y se espera que para junio ese rendimiento sea negativo. (CLARÍN.com)