Empresas familiares: ¿cómo superar el trauma de la sucesión?

Cuando las empresas familiares son exitosas y sobreviven en el tiempo, se plantea una problemática que ha hecho a muchas fracasar: la sucesión.

Hubo una época en que los padres fundadores elegían a un sucesor en la familia como si tratara de dejar en herencia un piano o un inmueble.

Esa actitud, además de estar pasada de moda, es la causa central del fracaso en el traspaso generacional de las empresas familiares. Para superar esta etapa con éxito es necesario antciparse, planificar con tiempo.

“La solución es que los hijos, sobrinos y posibles herederos emprendan un camino dentro de la empresa, en el que se desarrollen, profesionalicen y responsabilicen de proyectos cada vez mayormente representativos”, explicó a "Minuto Uno" Jorge Hambra, director del Club Argentino de Negocios de Familia.

“Es muy difícil que personas con espíritus emprendedores quieran de buena gana dejar el sillón de comandante libre, aunque sea alguien muy querido como su propio hijo” puntualiza Hambra. De hecho, la vitalidad de muchos empresarios hace que no se retiren hasta edades muy avanzadas. En este sentido, la sucesión del puesto de director suele demorarse.

Un proyecto propio

Muchos jóvenes sucesores empiezan a tomar un camino propio dentro de sus empresas. "Incluso antes de que el líder (padre, tío, abuelo...) se retire, esta nueva generación se encarga de desarrollar una posición estratégica que antes simplemente no existía”, cuenta Hambra.

¿Cómo funciona? Dentro de la misma estructura, los posibles “herederos” desarrollan proyectos propios, como explotar áreas del sector empresario que todavía no fueron exploradas.

Esto disuelve las posibles luchas de poder y agrega valor a los productos de la empresa. “En el transcurso del tiempo este sistema delimita espontáneamente roles y responsabilidades de acuerdo a la personalidad y capacidad de cada uno”, sintetiza el director del Club.

Para esto, es necesario que las relaciones entre padres/directores e hijos/herederos sigan ciertas pautas.

Por ejemplo, evitar que las discusiones profesionales pasen al ámbito familiar, dar cabida a las ideas, creencias, intereses y personalidades distintas, tener ideas propias, ser creativo y mantener la propia perspectiva en tanto se escucha a los demás. (MINUTOUNO)