RECURSOS HUMANOS
En las empresas del primer mundo la siesta se pone "re de moda"
La siesta, aquella aliada incondicional de los corazones contentos, gana espacios a paso firme en los países del primer mundo, cuyos empresarios, especialistas y políticos comienzan a señalar los beneficios que trae a la productividad, a la salud y a la paz social.
Los beneficios que produce el descanso vespertino no son nuevos, aunque sí se descubren a diario nuevas vetas. Así lo demuestra la discusión que se dio en Francia en torno al programa gubernamentalpara dormir en el trabajo y un estudio estadounidense sobre los favores de esta para el corazón.
Ahora la novedad pasa por los espacios que empresas estadounidenses y japonesas están acondicionando para que sus empleados puedan descansar media hora después del almuerzo y de los lugares fuera del trabajo que comienzan a ofrecer servicios similares: el de la siesta parece ser un negocio prometedor.
En los Estados Unidos, el 34 por ciento de los empleados cuentan con la posibilidad de tomarse un recreo, mientras que el 16 por ciento lo puede hacer en lugares especialmente adaptados para tal fin. Y, sino, recurrir a emprendimientos particulares que vieron una veta comercial en esto, según publica el diario Clarín .
En el famosísimo Empire State de Nueva York, un edificio que reúne oficinas comerciales de varias de las empresas más importantes del mundo, el piso 24 fue rediseñado para poder inaugurar allí “El sueño del poder”, un espacio en el que se puede dormir una siestita de 24 minutos tras el pago de 14 dólares.
España y Suiza son otros de los países primermundistas en el que se expanden los clubes siesteros. En el primero existen los que ofrecen un almuerzo y siesta de 20 minutos por 30 euros; en el segundo, un hotel oferta siesta y habitación individual por 11 euros.
En Tokio, capital de Japón, el salón Napia factura 20 minutos de descanso por 4,50 dólares. En aquel mismo país se asienta otra astilla del mismo palo: ya existen las empresas que venden almohadones para el escritorio. En Argentina, en tanto, empresarios, especialistas y funcionarios públicos parecen dormir la siesta al respecto. (MINUTOUNO)