SEGURIDAD VIAL

En rutas, el 50% de los choferes con exceso de alcohol son profesionales

Parece que la tragedia -o el riesgo de que ésta ocurra- se hubiera empecinado en los últimos tiempos sobre el asfalto de las rutas argentinas para desarrollar toda su carga de drama evitable: desconcierto emocional, hierros retorcidos, la muerte. Los accidentes no cesan y la emergencia vial resulta más bien una obviedad. Gendarmería Nacional se sumó este año al plan de reducir la tragedia con un equipo de efectivos destinados puntualmente a hacer controles de alcoholemia en las rutas nacionales. Pero las noticias de estos primeros días de 2008 preocupan: la mitad de los conductores con exceso de alcohol en sangre detectados son choferes profesionales, sobre todo de transportes de carga.

Los controles se están haciendo en cuatro de las rutas nacionales más peligrosas del centro y norte del país: 9, 11, 14 y 34. Sobre unos 3.000 vehículos parados por los gendarmes desde el 1º de enero hasta el domingo, 100 choferes tenían más alcohol en su organismo que lo permitido por la ley, lo que promedia un par de infractores al día. Para los conductores profesionales, la palabra "exceso" no entra en las posibilidades pues la ley les pone un límite riguroso: cero. Para el resto, 0,5 gramos.

Según explican en Gendarmería, la mayoría de los choferes profesionales que manejan alcoholizados son camioneros. De ellos, hay una gran porción de extranjeros, sobre todo de Brasil y Paraguay.

Aunque también en los controles los efectivos se topan con conductores de micros de larga distancia con pasajeros a bordo que soplan en el alcoholímetro y dan positivo.

"Ciertamente hay una cultura alrededor de los camioneros. En cada parada generalmente toman un vino o cerveza y siguen. La idea es erradicar esa costumbre con controles estrictos", comentó una fuente de Gendarmería. Detectada la falta, los efectivos bajan del vehículo al conductor alcoholizado hasta que le pase el efecto. El chofer es multado (el monto depende de cada jurisdicción) y en algunos casos, detenido. Si el infractor maneja un micro, se sanciona también a la empresa.

Historias sobran. Camioneros que al bajar de la cabina para someterse al control se caen al piso de borrachos, choferes de ómnibus llenos de pasajeros al borde del coma alcohólico y hasta camiones de empresas contratadas por el propio Estado cuyos choferes habían tomado de más. Envases vacíos de cerveza, vino y hasta cachaça entre los pedales. "En un fin de semana y en una misma ruta tuvimos hasta 16 casos positivos en conductores de transportes de carga. Es preocupante", comentó Miguel Angel Hidalgo, director de Seguridad Vial y Transporte de Gendarmería. La ruta 9 es el camino donde más casos se detectan. "Este año intensificamos los controles en la ruta 9 desde La Quiaca hasta el límite entre Córdoba y Santiago del Estero porque es un trayecto terrible", agregó Hidalgo.

"Es algo que, lamentablemente, se sabe que sucede. No podemos olvidar las tragedias de los últimos años en esas rutas. El problema (además del cultural, ya que hay poca cultura vial y, tal vez, mucha cultura alcohólica) es que no existe conciencia del riesgo que significa conducir y beber. Necesitamos educación y capacitación a mediano plazo y controles ahora mismo", opinó Eduardo Bertotti, director del Instituto de Seguridad y Educación Vial (ISEV).

Es por eso que en Gendarmería tienen decidido agregar, a los 1.300 efectivos actuales, 694 antes de fin de año. Y abarcar más rutas en 2009: "Vamos a cubrir la 3, la 7, la 8, los restos de la 9 y de la 34 con 1.800 hombres más. Queremos contribuir a bajar el nivel de esta situación trágica", proyectó Hidalgo. (CLARÍN)

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