Entra en vigencia el Tratado de Lisboa para toda la Unión Europea
Esa idea fue acordada por los jefes de Estado o de Gobierno en la Declaración de Laeken (Bruselas) en diciembre de 2001 y cristalizó en el Tratado de Lisboa que hoy entra en vigor.
Según el diario El País, la estrategia propuesta en Laeken era más ambiciosa y abogaba por una simplificación de los tratados y una Constitución para todos los europeos.
Tras 15 meses de trabajo, la Convención aprobó en julio de 2003 un proyecto de Constitución. El proyecto, no obstante, sufrió un revés insuperable en 2005 cuando los ciudadanos de Francia y Holanda lo rechazaron en referéndum. Fue una sacudida que hundió el proyecto europeo en un profundo desconcierto durante dos años.
En junio de 2007, el Consejo Europeo acordó las disposiciones necesarias para redactar el llamado Tratado de Reforma, para sustituir al proyecto de la Constitución que nunca llegó a nacer. El texto recogía la esencia de la Constitución, fue aprobado en Lisboa en octubre de 2007.
Pero de nuevo fue en su proceso de ratificación por los ciudadanos cuando también descarriló el tratado, al ser rechazado por los irlandeses en referéndum en junio de 2008. Nuevas concesiones facilitaron que Irlanda pudiera aprobar el tratado en una segunda votación el pasado octubre.
Cuando nadie podía imaginar un nuevo traspié, el euroescéptico presidente checo, Václav Klaus, metió la última zancadilla, negándose a firmarlo si no obtenía garantías que impidieran posibles reivindicaciones de los alemanes expulsados de los Sudetes.
Nuevas concesiones nada sustanciales facilitaron que finalmente accediese a su firma. Finalmente, Europa cuenta con el Tratado de Lisboa, que recoge el 95% de la Constitución, según reconocieron numerosos juristas europeos.
Las innovaciones más destacadas son las siguientes: la Unión Europea tendrá un presidente por un mandato de dos años y medio prorrogables (el primero en ocupar ese cargo será el democristiano belga Herman Van Rompuy, de 61 años, cuyo mandato empezará el 1 de enero); un alto representante para la Política Exterior, puesto que si bien ya existe será reforzado al conceder a su titular un considerable presupuesto y un equipo de 2.000 a 3.000 diplomáticos que constituirán el Servicio Europeo de Acción Exterior, que estará bajo su dirección (su titular a partir de hoy es la laborista británica Catherine Ashton)y el Parlamento tendrá más poderes.(TÉLAM)