Fiat suma alianzas con Chrysler y GM y amenaza con destronar a Toyota de su liderazgo
Con el rasgo categórico que siempre envuelve al epílogo de una pelea de box, la disparidad parece marcar el destino de dos de los principales actores del sector automotor mundial.
Mientras que, con claros síntomas de nocaut, General Motors (GM) acaba de cerrar un acuerdo con sus acreedores que la coloca en situación de quiebra concreta, la italiana Fiat sigue arrojando guantes a lo campeón y ultima detalles para desembarcar en Chrysler.
Puntos Importantes
* GM ya decidió que se declarará en quiebra el 1º de junio para, a partir de ahí, entrar en una nueva instancia signada por el otorgamiento de más fondos de salvataje provistos por el gobierno que encabeza Barack Obama. * Fiat compite cabeza a cabeza con la productora de componentes de automóviles austríaco-canadiense Magna para quedarse con Opel. * La italiana aguarda, además, que Chrysler defina su situación ante el Tribunal de Quiebras de Nueva York para cerrar la fusión con la compañía estadounidense.
Pero la italiana no se conforma con sólo eso: en paralelo, afina el lápiz para definir las condiciones que le aseguren el control de la filial de GM en Europa. O sea, Opel.
GM ya decidió que se declarará en quiebra el 1º de junio para, a partir de ahí, entrar en una nueva instancia signada por el otorgamiento de más fondos de salvataje provistos por el gobierno que encabeza Barack Obama.
Así, el lunes próximo hará explícitos los alcances del plan de reestructuración que viene implementando desde hace semanas. Las medidas incluidas en este esquema fueron desde el cierre de 16 plantas hasta la decisión de recortar 16.000 puestos de trabajo.
Ahora se prevé que el 1º de junio la compañía comunicará que, siempre alentada por el Ejecutivo estadounidense, bajará las persianas de otros 14 centros de producción. De este modo, la firma reducirá los niveles de fabricación de motores, transmisiones y partes.
¿Cuál fue la razón que aceleró el ingreso de GM en instancias de bancarrota? El acuerdo que el jueves logró con sus principales acreedores, quienes aceptaron una oferta revisada de títulos por acciones. Los actores en cuestión aceptaron bajar las pretensiones de cobrar u$s27.000 millones a cambio de contar con una participación del 10% dentro de la automotriz.
La porción estará en manos de los acreedores a partir del lunes próximo, en lo que será el primer paso para la conformación de la nueva firma que emergerá de las cenizas de la quiebra.
Dicho emprendimiento ostentará un elemento atípico: el Gobierno de Estados Unidos será su principal accionista, con una participación del 72,5%. El porcentaje de capital restante quedará en poder del fideicomiso que administra los beneficios de retiro y salud de los empleados de la empresa.
“Si bien los cambios en General Motors eran inevitables, realmente es una incógnita cómo operará el Estado dentro de la compañía. Es un caso atípico al que se le aplica una solución no convencional. Y eso, más allá de que se dé por descontado el cierre de plantas y la reducción en lo que hace a la cantidad de modelos fabricados, no hace más que crear incertidumbre”, comentó a iProfesional.com Maximiliano Scarlan, analista de Abeceb.com y especialista en el mercado automotriz.
¿Este halo de incertidumbre puede, incluso, tener efectos sobre la actividad de GM en la Argentina? Ante la consulta de iProfesional.com voceros de la filial local evitaron pronunciarse al respecto. Pero sí accedieron a dejar en claro un aspecto que, producto de distintas versiones periodísticas, había tomado estado público en las últimas horas: la compañía jamás puso en duda la continuidad operativa de su planta en Alvear, provincia de Santa Fe.
A la par de las negociaciones en su nombre, General Motors también busca aliviar su estado general desprendiéndose de las firmas y marcas que operan bajo su paraguas. En esa dirección, Opel aparece como el activo que, una vez transferido, le otorgará un cierto respiro en medio de tanto descalabro económico.
El proceso judicial en GM Respecto del proceso que, en términos judiciales, hoy transita GM de cara a la quiebra, el abogado Martín Lepiane, asociado del Estudio Pérez Alati, Grondona, Benites, Arntsen & Martínez de Hoz (h), explicó a iProfesional.com que “la esta negociación es de carácter extrajudicial”.
“Pero si llegara a fracasar, ha trascendido que GM deberá realizar una presentación judicial de acuerdo con el Chapter 11 del U.S. Bankruptcy Code para lo cual el Gobierno le habría dado plazo hasta este lunes”, puntualizó.
Lepliane aclaró que la presentación bajo el Chapter 11 no implica el pedido de quiebra de GM ni su desaparición.
”El Chapter 11 prevé un procedimiento muy similar al concurso preventivo de nuestra Ley de Concursos y Quiebras (N° 24.522) en el cual el deudor continúa con su actividad comercial bajo la dirección de sus propias autoridades, pero con la supervisión del juzgado y de un funcionario similar al síndico concursal (U.S. trustee). Una de las principales ventajas del Chapter 11 es que se suspenden las acciones judiciales en contra del deudor”, precisó.
De acuerdo a Lepiane, la presentación de un pedido de reorganización bajo el Chapter 11 no es el fin de las negociaciones con los acreedores, sino la continuación de dicho proceso bajo la protección y supervisión judicial.
”GM deberá presentar un plan y conseguir la aprobación de sus acreedores si desea evitar su liquidación bajo el Chapter 7”, sostuvo. Y añadió: “Este último es un proceso similar a nuestra quiebra, en el cual la totalidad de los bienes del deudor son ejecutados para pagar las deudas”.
”Si el plan del deudor resulta aprobado por la mayoría requerida por el Chapter 11 (más de la mitad de los acreedores que representen por lo menos 2/3 del capital computable), la generalidad de las deudas anteriores a la confirmación del plan serán extinguidas y reemplazadas por las obligaciones emergentes del plan (novación)”, detalló Lepiane.
“Esta es una herramienta muy útil que permite a los deudores un nuevo comienzo, modificando la estructura de sus pasivos de acuerdo con la nueva realidad de sus ingresos proyectados”, concluyó.
Ofensiva italiana
En paralelo al desbarranque de GM surge con claridad un protagonista que cada semana gana más peso del otro lado de la balanza: Fiat. La italiana compite cabeza a cabeza con la productora de componentes de automóviles austríaco-canadiense Magna para quedarse con Opel.
En simultáneo, aguarda que Chrysler defina su situación ante el Tribunal de Quiebras de Nueva York para cerrar la fusión con la compañía estadounidense. Este proceso, dejó trascender Fiat el jueves de esta semana, deberá estar completado antes del próximo 15 de junio.
La perspectiva, hasta el momento, es positiva: el presidente y consejero delegado de Chrysler, Bob Nardelli, acaba de comunicar a sus empleados que ya se han dado los últimos pasos para iniciar el proceso que terminará con la unión de ambas empresas
“Estamos en la recta final de nuestros esfuerzos para completar una alianza con Fiat que permitirá crear una nueva y vibrante compañía de coches”, anunció Nardelli durante la tarde del jueves a los empleados y contratistas de Chrysler.
Tanto en el caso de Chrysler como de Opel, la automotriz italiana no concretará desembolsos de capital. Muy por el contrario, el punto básico de los acuerdos reside en la transferencia de plataformas y pautas de desarrollo a las compañías que ahora tendrán a Fiat como accionaria.
“Fiat sabe desde hace tiempo que algo tiene que hacer para seguir siendo sustentable en un mercado como el actual. Y que el camino es avanzar hasta tener mayor volumen. Por eso insiste tanto con Chrysler: le abre la posibilidad de pisar bien fuerte en el mercado de Estados Unidos”, apuntó Scarlan.
Llegada
“La llegada a Estados Unidos se condice con el cambio de estrategia que Fiat viene evidenciando desde los últimos cinco años. La decisión pasa por dejar de ser una empresa meramente italiana para consolidarse como la gran ganadora frente al derrumbe de los gigantes de Detroit”, señaló a iProfesional.com Jorge Castro, director del Instituto de Planeamiento Estratégico.
Días atrás, Castro explicó que la automotriz “dejó atrás la etapa de retroceso en la que prácticamente desapareció del mercado mundial”.
“Ahora, los movimientos de ingreso en Chrysler y las negociaciones con Opel la consolidan como la segunda fabricante a nivel global , sólo superada por Toyota”, dijo.
Según el especialista, Fiat se ubicaría, por estructura, entre las compañías más exitosas de producirse hoy el final de la recesión que aqueja al sistema económico mundial.
“El dato es la conversión en trasnacional norteamericana. De concluir la crisis, las grandes batallas comerciales se librarán en EE.UU. y China. Y Fiat corre con la ventaja de no tener dificultades para innovar. Y de tener costos más bajos que el resto de las automotrices internacionales”, apuntó.
Interés
Para Fiat, todos los pactos la acercan al gran objetivo fijado por Sergio Marchionne, CEO de la automotriz: alcanzar ventas anuales por 6 millones de automóviles, lo cual la ubicaría en el escalón que hoy ocupa Toyota. En la actualidad, los niveles de comercialización de la compañía rozan los 2,1 millones de vehículos.
Con la incorporación de Chrysler como punta de lanza comercial en América del Norte, la firma europea se aseguraría ventas por otros 2 millones de unidades.
El interés por el mercado estadounidense puede apreciarse en la estrategia que la firma italiana evalúa poner en marcha en ese país, la cual se vería potenciada con el lanzamiento de siete nuevos modelos orientados a ese escenario.
Al parecer, cuatro de estos vehículos circularán por las calles de EE.UU. bajo alguna de las marcas de Chrysler, mientras que los tres restantes serán Fiat o Alfa Romeo.
Los vehículos serían producidos en las fábricas de Chrysler en América del Norte y serían vendidos a través de los concesionarios de la compañía en el país. La "vedette" dentro de los lanzamientos pautados por la firma europea sería el renovado Fiat 500, que llegaría a Norteamérica previa fabricación en México.
El principal motivo por el que Fiat avanza a paso firme para cerrar un acuerdo con Opel radica en sumar al caudal comercial de la compañía los 1,5 millones de autos de la marca alemana vende por año. (INFOBAE PROFESIONAL)