Gran Bretaña enfrenta la peor huelga en 80 años

Al menos 750.000 empleados públicos, incluidos maestros, profesores, bibliotecarios, judiciales, y trabajadores de dependencias gubernamentales, tienen previsto sumarse a la medida de fuerza, la más extensa en el país desde 1926.

Se estima que unas 3.000 escuelas de Inglaterra y Gales suspenderán las clases, además de 75 universidades que cerrarán sus puertas y un centenar de cortes y tribunales que cancelarán las audiencias programadas para la jornada.

Además, miles de pasajeros enfrentan un caos de transporte en el país, con demoras en aeropuertos y puertos marítimos debido a la adhesión al paro de agentes de inmigración y aduana.

El operador de vuelos BAA, que maneja los aeropuertos de Heathrow, Stansted, Edimburgo, Glasgow, Aberdeen y Southampton, informó hoy en un comunicado que los pasajeros deben esperar para mañana "extensas demoras y complicaciones".

"La Agencia de fronteras británica nos ha informado que los pasajeros que lleguen el jueves al país deberán esperar demoras en los puestos de inmigración como resultado de la medida de fuerza por parte de agentes inmigratorios", destacó BAA.

"La Agencia aconsejó a los pasajeros posponer sus viajes y elegir otras fechas", agregó. Los empleados públicos de Gran Bretaña enfrentan el congelamiento de sus salarios y el despido de unos 300.000 trabajadores, consecuencia directa de los planes del gobierno conservador-liberal democrático para erradicar el déficit fiscal en 2015, que trepó a más del 10% del PIB británico.

Las reformas al sistema jubilatorio y de pensión enfurecieron a los trabajadores estatales, que consideran que los cambios llevarán a una extensión de las horas laborales y a mayores deducciones salariales.

Tanto el gobierno como la oposición laborista condenaron la huelga general de mañana como "prematura", al indicar que siguen en curso las negociaciones entre los sindicatos y los ministros para alcanzar una solución.

La medida de fuerza será el primer gran desafío que enfrenta la coalición, que asumió el poder en mayo de 2010.

El gobierno que encabeza David Cameron anunció recientemente recortes presupuestarios por 81.000 millones de libras esterlinas (unos 130.000 millones de dólares) para 2015, que incluyen modificar el sistema de pensión estatal y elevar la edad de jubilación.

La primera coalición de gobierno en Gran Bretaña en 65 años debió dar marcha atrás en reformas como las que había propuesto para el Sistema de Salud Nacional (NHS), tras presiones de médicos, especialistas y de los liberales democráticos.

Las autoridades también se vieron forzadas a revertir una impopular reforma al sistema judicial, que incluía dejar antes en libertad a delincuentes con penas menores.

"Esta huelga podría ser el comienzo de una serie de protestas nacionales con graves consecuencias para el país", declaró Alastair Newton, analista político del "think-tank" Nomura.

"El gobierno está bajo presión para mantenerse firme con respecto a la reforma jubilatoria. Creo que veremos esto reflejado fuertemente en la prensa nacional", agregó.

Aunque el poder de los sindicatos y gremios británicos se redujo en gran medida desde el gobierno de Margaret Thatcher (1979-1990), el ala más conservadora del oficialismo "Tory" instó a las autoridades a reforzar nuevamente las leyes sindicales, para coartar aún más el poder de éstos a convocar huelgas generales.

La huelga del jueves involucra a trabajadores afiliados al Gremio de empleados públicos, al Sindicato Nacional de Maestros (NUT), a la Asociación de Profesores y Académicos (ATL), al Sindicato de Universidades y Colegios y al Gremio de Servicios Públicos y Comerciales (PCS, entre otros.

(El Argentino)