Importaciones y exportaciones, frenadas por un paro de gremios marítimos
El comercio exterior terminó 2020 y arrancó 2021 frenado por un paro de los gremios marítimos que impiden tanto el ingreso de los buques con insumos importados para la industria o bienes esenciales para combatir la pandemia, como la salida de barcos con exportaciones.
El paro fue convocado por los sindicatos de Patrones fluviales, maquinistas, conductores navales y el SOMU (marineros), y afecta el servicio de remolques portuarios: embarcaciones que asisten en el ingreso y salida de los buques oceánicos en los puertos donde es obligatorio su uso, como los de Buenos Aires, Dock Sud, La Plata, Quequén y Bahía Blanca, entre otros.
La disputa gremial es con la Cámara de Armadores y Remolcadores(CAR), que integra a la Federación de Empresas Navieras Argentinas (FENA), entidad paritaria.
Además de la pauta salarial, los gremios reclaman que el personal embarcado en los remolcadores perciban los mismos salarios que los que tripulan otros buques de cabotaje fluvio-marítimo: tanqueros que llevan gasoil y naftas e hidrocarburos a las refinerías, y los pocos buques portacontenedores que quedan en bandera nacional. El diferencial ronda el 20%.
Estancadas las negociaciones y agotadas las conciliaciones obligatorias, los gremios pararon los remolcadores el 26 de diciembre.
En esa oportunidad, exceptuaron a los buques que traían insumos para enfrentar la pandemia. Pero esta contemplación duró hasta el 31 de diciembre, porque consideraron que “la cantidad de excepciones solicitadas (son) a nuestro entender exageradas”. Desde entonces, todos los buques se ven afectados.
Tras 10 días de conflicto, el Ministerio de Trabajo citó a una audiencia el lunes 4, que se extendió hasta la madrugada del martes.
Fuentes que participaron de la reunión reconocieron que los gremios estaban dispuestos a firmar un acta acuerdo con FENA, pero a último momento el Centro de Patrones se negó a hacerlo.
El titular de este gremio, Julio González Insfrán, dijo a Ámbito: “No nos reconocen la equiparación salarial, lo que nos obliga a seguir con el paro y esperar una nueva reunión en Trabajo”, señaló el sindicalista que tuvo buena relación con la administración Macri.
Desde FENA sostienen que Patrones pide “una recategorización”, que implica una modificación del convenio laboral, y que una paritaria no es el ámbito para hacerlo.
Advierten además que otorgar tal equiparación dispararía el reclamo del resto de los gremios fluviales y marítimos.
Según las empresas, el trabajo de los remolcadores está prácticamente en situación de “quiebra” por razones comerciales y laborales.
En primer lugar, hay menos trabajo porque llegan cada vez menos barcos; luego, durante el gobierno de Macri se propició una “desregulación” del servicio, y se abrió el sector a la llegada del principal jugador global: Svitzer, del grupo Maersk. Por último, la pandemia y la recesión económica deprimieron aún más la actividad.
Sin embargo, para las empresas, los costos laborales -heredados de mejores épocas de la marina mercante- hoy son insostenibles. Los remolcadores son un servicio esencial. Trabajan las 24 horas, pero la jornada laboral es de 12 horas, por lo que cada unidad lleva dos tripulaciones . Los tripulantes tienen 0,6 día de franco por cada día trabajado y cobran el 100% del salario cuando no están embarcados. Desempleo, inflación, internas sindicales, altos costos laborales y menor actividad cierran el círculo vicioso de la marina mercante argentina.
Mientras tanto, buques internacionales permanecen durante días fondeados con costos diarios que superan los 25.000 dólares de operación; las importaciones no ingresan a la Argentina afectando el abastecimiento de insumos médicos e interrumpiendo líneas de producción, como la automotriz, entre otras, y las exportaciones incumplen contratos y pierden rentabilidad al tener que absorber mayores costos de almacenamiento en el puerto.
Por Emiliano Galli
Fuente: Ámbito.com