COMERCIO EXTERIOR

La Argentina, lenta y cara para exportar

A la hora de hablar sobre comercio internacional, el país ocupa el lugar 107 de entre 178 naciones. Se necesitan más trámites, se tardan más días y, sobre todo, es más caro que en otros países de la región. Cuáles son las principales quejas de los especialistas.

Demoras evitables en la aduana, excesivo papeleo, mala coordinación entre organismos actuantes y escaso control tarifario son razones que se conjugan para impedir que Argentina tenga las mejores condiciones para el buen flujo de su comercio exterior y para fijar sus costos entre los más elevados de América Latina.

La falta de adecuada articulación de un proceso logístico sigue concentrando camiones, contenedores y buques en el puerto de Buenos Aires. La congestión ya comenzó y puede convertirse en un obstáculo importante para el crecimiento económico.

Un reciente estudio elaborado por el Doing Business, grupo de trabajo del Banco Mundial, calificó a los países según las facilidades que brindan para su comercio transfronterizo. Este ranking integra uno mayor, que considera sus condiciones generales para realizar negocios con miras al 2008.

En condiciones ofrecidas para el comercio exterior, Argentina ocupa el puesto 107 entre 178 naciones. Singapur, que también lideró el trabajo general, fue reconocido como el país que mejores condiciones ofrece para su comercio exterior. Allí una exportación se concreta con sólo 4 documentos, en 5 días y cuesta US$ 416 por contenedor de mercaderías embarcado.

Tiempo es dinero. Esta verdad que nadie discute en el mundo de los negocios, se cumple con rigor en una operación logística.

Si en los países más avanzados se necesitan tan sólo 4,5 días promedio para realizar una exportación, con un costo final de US$ 905 (siempre por contenedor), en América Latina esto mismo insume 22 días y cuesta US$ 1.107 promedio.

La regla deja de funcionar de modo exacto al desglosar los países de la región, pero se hace trizas cuando llegamos a la Argentina. Un exportador local realiza su proceso en 16 días, 6 menos que el promedio regional, pero le costará más: US$ 1.325.

Nuestros vecinos chilenos, (puesto 43 en el ranking), con 21 días de demora, pagarán la mitad: US$ 645. Lo mismo sucederá en Perú (puesto 71), serán 24 días pero apenas US$ 590, uno de los costos más bajos del mundo. En Uruguay (125 en el ranking), también se tardará 24 días aunque el desembolso de US$ 925 sigue por debajo del promedio. En Brasil, (puesto 93) se abonarán US$ 1.090 y se necesitarán 18 días.

¿Qué pasa entonces en Argentina? Viajes duplicados, esperas y tarifas de más Con el fin de mejorar y abaratar las operaciones logísticas para los productores, la UIA y la Cámara Argentina de Comercio (CAC) conformaron el Consejo de Cargadores.

Jorge Rey Iraola, representante de la UIA en el organismo, explica uno de los eficaces métodos autóctonos para complicar y encarecer una exportación.

"Un productor de Tucumán debe venir con sus camiones hasta el puerto de Buenos Aires para cargar contenedores vacíos, llevarlos a Tucumán y volver a traerlos cargados. Esto ocurre porque no hay una plaza de contenedores disponible en ciudades del interior. Al importador le conviene desconsolidar la mercadería en el puerto, porque la aduana le obliga a realizar aquí la información detallada del contenedor, entonces lo abre y ya despacha la mercadería hacia sus destinos. Su ecuación económica cierra, pero esto mismo impide que los contenedores lleguen a las distintas regiones del país y obliga al exportador a venir a buscarlos, en un doble viaje".

Rey Iraola sugiere dar "alguna ventaja al importador para que pueda llevar a un mismo destino un contenedor completo" y que el control se realice íntegramente en las aduanas del interior. "Se argumenta que habrá contrabando, pero la tecnología para prevenirlo existe. Esto ya se hace en Estados Unidos y Europa, son excusas. Al puerto le conviene retener más tiempo la mercadería porque cobra más. Además no se puede legislar en función de presuntos delitos".

Esperas indefensas Pero no sólo los porteños defienden su interés sectorial: "si un camión queda detenido cinco días en la aduana de Paso de Los Libres, el conductor deberá consumir en ese lugar y mejora la economía de esa ciudad, lo mismo sucede en el paso de Mendoza, a muchos no les interesa que los problemas se resuelvan".

Juan Carlos Mondello, representante de la CAC en el Consejo, revela que "no hay controles sobre las tarifas de los servicios del puerto ni de los fletes. En Estados Unidos, cuando el cargador considera abusiva alguna tarifa, puede apelarla, hay un tribunal arbitral donde el transportista debe justificar su tarifa. Si no hay acuerdo, se puede iniciar un juicio. Acá no hay ni adónde ir a quejarse, las autoridades no intervienen". Mondello alerta acerca de las compañías navieras, "son poquísimas empresas muy grandes y se tiende al oligopolio".

En cuanto a las esperas poco justificadas en el puerto, señala que "hoy, un escáner verifica totalmente la mercadería de un contenedor cerrado. En el mundo entero se verifica entre un 10% y 15% del total de la carga de un buque; aquí se hace entre dos y tres veces más. Eso significa una demora enorme y no mejora el control, pero acá existe el concepto de que para controlar hay que tardar mucho y mostrar que se tarda". (IECO)