La Casa Blanca analiza recortar u$s 4 billones en gastos

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, mantuvo hoy una reunión "muy constructiva" con los líderes demócratas y republicanos en el Congreso para discutir la ampliación del límite de endeudamiento público, mientras se supo que la Casa Blanca está dispuesta a recortar 4 billones de dólares en diez años, incluso del seguro médico para ancianos.

Obama adelantó que la decisión que se tome para que el país pueda controlar el galopante déficit será "doloroso". En sus ediciones de hoy, el New York Times y el Washington Post señalaron que el presidente quiere recortar 4 billones de dólares del gasto en la próxima década, en lugar de los 2 billones que se habían propuesto previamente.

En el camino de la tijera del gobierno quedarán los programas del Social Security (jubilaciones) y del seguro médico para los ancianos (Medicare), dos bastiones de la asistencia social hasta ahora siempre defendidos a capa y espada por los demócratas. A cambio, se prevé que los republicanos acepten que Obama ponga punto final a los alivios impositivos para los estadounidenses más ricos que promulgó su predecesor, George W. Bush.

Esos beneficios caducan a fines del año próximo y vienen beneficiando a las familias estadounidenses con ingresos de más de 250.000 dólares al año. Durante la reunión de hoy -dijo Obama durante una breve aparición ante la prensa- la gente fue franca y se discutieron todas las opciones disponibles". Como no pudo llegarse a ninguna resolución, los equipos de las bancadas parlamentarias y de la Casa Blanca seguirán negociando en los próximos días y, según adelantó Obama, se realizará una nueva reunión con los líderes del Congreso el domingo en la Casa Blanca.

"Esperamos que, para ese momento, los dos partidos al menos sabrán cuales serán sus respectivos límites" para la negociación. El gobierno corre contra reloj para obtener la ampliación del límite de endeudamiento antes de la fecha límite del 2 de agosto, cuando vence su tope de 14,3 billones de dólares. Durante su habitual conferencia de prensa, el vocero de la Casa Blanca, Jay Carney, reconoció que el programa de la seguridad social es parte de las negociaciones con los republicanos. "Muchas cosas están sobre la mesa" de las tratativas, dijo el portavoz presidencial.

"Todavía no descartamos nada", admitió Carney. Para el Washington Post, las negociaciones están fuertemente marcadas no solamente por la intención de evitar que el país caiga en default sino también por las tácticas políticas partidarias de frente a los comicios de noviembre del 2012, cuando Obama se jugará la reelección.

Por un lado, ambos partidos pueden llegar a sufrir el enojo de sus votantes. Muchos demócratas, por un lado, no perdonarán a Obama la aplicación de recortes a planes como Medicare y el Social Security. Los republicanos, por otro lado, verán la aceptación del final de los alivios fiscales para los más ricos como una capitulación frente al reclamo de la Casa Blanca en favor de un aumento de los impuestos.

Pero, por otro lado, si un acuerdo permite controlar el déficit "los legisladores podrán ’vender’ eso como una victoria importante ante los votante", dijo el Washington Post. Una de las fuentes gubernamentales citadas por el diario advirtió que, de todas maneras, "el beneficio en el frente fiscal deberá superar el dolor" de los recortes.

(iEco)