La Gobernación de la provincia de Buenos Aires defiende el uso de radares en las rutas

La Provincia salió a justificar el uso de radares para detectar excesos de velocidad en la ruta 2. "La idea de estos controles es salvar vidas, no aplicar multas" para aumentar la recaudación, explicó esta mañana el subsecretario del Gobierno bonaerense, Juan Pablo Alvarez Echagüe.

El funcionario defendió la utilización de los radares como método de prevención de accidentes de tránsito y aseguró que el método apunta a "ayudar a la gente a tomar conciencia para reducir la velocidad" porque cuando en los accidentes "hay pérdidas humanas, se dan por exceso de velocidad".

En este sentido, señaló que el objetivo de los radares no es multar a los conductores y aumentar las arcas del estado, sino que lo que se busca es que "se termine con la comisión de esa infracción" que "pone en riesgo su vida y la de los otros".

Según un relevamiento difundido por la provincia de Buenos Aires ayer, los radares instalados en la ruta dos detectaron que, durante la primera quincena de enero, ocho de cada diez conductores no respetaron los límites de velocidad establecidos en esa autovía. Además el informe reveló que en promedio los autos que pasaron por esa ruta circularon a un promedio de 150 kilómetros por hora.

"Este diagnóstico es trágico", afirmó Alvarez Echagüe en declaraciones a radio Continental. Por ello, reivindicó la función de los radares como mecanismo de control. También remarcó que el uso de estos equipos no está oculto a los conductores –una de las críticas que le hacen al sistema quienes lo califican como mero instrumento de recaudación- ya que "a lo largo de la ruta hay advertencias que indican que los radares están operando".

El funcionario explicó que hay dos tipos de radares: "Once fijos, que no son operados por la policía de Seguridad Vial, y otros móviles, que están perfectamente identificados y antes de los diez kilómetros siguientes una unidad del destacamento frena a la persona y le informa que excedió la velocidad".

Seis de las máquinas fueron dispuestas en la vía que va de Buenos Aires a la Costa Atlántica, a la altura de Berazategui, Samborombón, Chascomús, Castelli, General Pirán y Camet.

En tanto, las otras cinco funcionan en la mano de regreso a la Capital Federal en Coronel Vidal, Dolores, Lezama, Chascomús y Berazategui. (CLARÍN)