La autopartista Mahle quedó en medio de una puja entre el Estado y los ex dueños

Ya no importa. Los 500 trabajadores de la empresa fue un tema de preocupación antes de las elecciones. Ya no lo son. Los operarios de la autopartista rosarina Mahle no cobraron ayer sus salarios, víctimas de una puja entre los dueños de la compañía y el Gobierno, por un lado, y de una interna del propio Ejecutivo nacional, por otro. Los directivos de la firma, de capitales alemanes, alegaron no estar en condiciones de abonar la segunda quincena de julio y sólo les pagaron 200 pesos a cuenta. El argumento fue que la AFIP no cumplió su promesa de saldar una aparente deuda millonaria por reintegros de exportaciones.

De ser una bandera electoral y el próximo puntal del Gobierno para la fabricación del auto nacional, la fábrica rosarina de aros de pistón pasó a convertirse en una empresa en virtual estado de abandono por parte de sus propios dueños y los funcionarios. “Hace tres días que llamamos al gobierno nacional y nadie nos contesta”, se quejó Claudio Maldonado, delegado del personal que mantiene ocupada desde hace meses las instalaciones de la compañía.

La recuperación de la autopartista por parte del Ejecutivo entró en parálisis días atrás cuando el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, fijó la posición oficial al declarar que no estaba interesado en un “Estado empresarial”. Con esa afirmación, Fernández desactivó buena parte de las gestiones encaradas por el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, que incluso llegó a presentarse ante los operarios como nuevo administrador de la planta.

Los directivos de Mahle no brindaron explicaciones formales por la falta de pago de la segunda quincena pero les dieron a entender a los trabajadores que el Gobierno les adeudaba 13 millones de pesos en reintegros, y que sin esa plata no podrían afrontar los salarios. De hecho, fuentes cercanas a la compañía dijeron que un adelanto de esos reembolsos había permitido afrontar el pago de la primera quincena.

En medio de la confusión general, Moreno bajó el perfil y retomó los contactos con los empresarios que desfilaron en junio como interesados en la compra de la autopartista. El fracaso de esas negociaciones había impulsado al secretario de Comercio a dar por concluidos los contactos con privados y a encarar un proceso que, como les prometió a los operarios, desembocaría en la creación de una cooperativa de trabajo y de un fideicomiso con dinero estatal para la compra de maquinaria.

Tras las declaraciones del jefe de Gabinete, Moreno volvió a la carga en los últimos días con los tres principales interesados: Norberto Taranto, Ramiro Vasena y Jorge Basualdo (KIM Sociedad Anónima). Para la semana próxima se esperan contactos más formales.

En tanto, los trabajadores concurrirán hoy a una audiencia en el Ministerio de Trabajo de Santa Fe con muy pocas expectativas, y de ahí resolverán en una asamblea los pasos a seguir.

El conflicto se inició en marzo cuando los dueños alemanes decidieron cerrar la planta rosarina por la caída de la actividad, como consecuencia del desplome de las ventas de autos. (CRÍTICA DIGITAL)