La crisis de financiamiento internacional hizo que se suspendiera por el momento la licitación del tren "bala"

La crisis financiera internacional dio su segundo golpe a un proyecto ferroviario del Gobierno. A la incertidumbre en la que entró el tren bala Buenos Aires-Rosario-Córdoba ahora se sumó la postergación por al menos dos meses de la licitación para construir y mantener el tren de alta prestación Buenos Aires-Mendoza. Es la obra más cara que tiene en carpeta el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, con un costo de $10.100 millones.

Para el próximo martes, a las 12, estaba prevista la presentación de las ofertas técnica y económica. La caída de varias entidades financieras de Estados Unidos, y la dilatada discusión del plan de rescate de las hipotecas basura de George Bush comenzó a inquietar a los potenciales prestamistas de los nombres internacionales de los cuatro consorcios que compraron los pliegos para la licitación de un servicio lanzado en marzo del año pasado. Esto gatilló el pedido de los interesados de posponer los plazos otra vez. Así fue que el secretario de Transporte, Ricardo Jaime, les comunicó ayer que el acto se pasaba para el 6 de noviembre, lo cual en este contexto internacional, tampoco es una garantía.

“Es una buena noticia. Hablábamos con el banco más que con nuestros hijos”, dijo una fuente de uno de los consorcios. Las empresas que se presentan a todas las obras ferroviarias del país están en esta convocatoria. Son los mismos que compitieron en la licitación del tren de alta velocidad a Rosario y que compiten por uno similar a Mar del Plata.

Los cuatro grupos que compraron pliegos están liderados por la española Construcciones y Auxiliar de Ferrocarriles-Siemens (asociada con las locales Roggio y Cartellone), Corporación América (junto con Helport y Cometrans), la brasileña Odebrecht con el grupo Emepa y Alstom-Isolux con la local IECSA.

De los voceros de los consorcios consultados, dos dijeron no tener prestamista asegurado para la obra y otros dos afirmaron tener un banco con intención de acompañarlos en la financiación, pero sin ningún compromiso firmado debido a la crisis internacional.

El crédito por conseguir no es menor. El pliego de condiciones exige un mínimo de 50% del costo de la obra estimado en 10.100 millones de pesos. Esto es, una cifra entre u$s1.500 y u$s2.000 millones, casi la mitad de lo que puso el millonario Warren Buffet para capitalizar y salvar de la quiebra a Goldman Sachs hace unos días.

Dentro de los consorcios cotizantes de obras públicas como ésta, las firmas extranjeras eran las encargadas de aportar el financiamiento seguro y a tasas más convenientes. El derrumbe internacional de los mercados ahora pone en riesgo la ventaja de tener un socio con otro acento. La postergación de la oferta tampoco asegura que la construcción del tren a Mendoza siga adelante. Por un lado, hay que ver cómo reacciona el mundo financiero al plan de salvataje del gobierno norteamericano. La inestabilidad es igual o peor en Europa, de donde provendría el adelanto de fondos para el tren de alta prestación.

Por otra parte, esta obra entra en la misma interna gubernamental por el presupuesto 2009. No tiene asignada una partida específica, al igual que el tren bala a Rosario. Pero dentro de los $2.000 millones previstos para la recientemente creada Administración de Infraestructuras Ferroviarias, se prevén fondos para las “obras con financiamiento externo” de donde se abastecería para no quedar en la nada.

Y, por último, las empresas que compraron los pliegos de la licitación quieren ver que algunas de las grandes obras anunciadas por Jaime muestren algún avance, especialmente la del tren bala, dicen las fuentes. “Para convencer a los bancos de que en este momento nos presten plata, se tiene que ver algo del Gobierno”, dijo un informante del sector. Como atenuante, por ejemplo, afirman que sólo en la presentación de la oferta para el tren bala, cada consorcio gastó alrededor de tres millones de euros.

¿En qué consiste la obra en cuestión? En construir, proveer material rodante y mantener por diez años un tren de pasajeros que unirá Buenos Aires con Mendoza a una velocidad máxima de 160 kilómetros por hora. De Retiro a la estación Pilar correrá por la vía del tren interurbano de la línea San Martín y luego por la vía de carga concesionada al grupo ALL.

Según el pliego, la construcción no debería extenderse por más de 48 meses. Contará con diez estaciones comerciales, que por ahora se harían en las ciudades de Junín, Chacabuco, Justo Daract, Vicuña Mackenna, Laboulaye, Villa Mercedes, San Luis y Mendoza, además de Retiro y Pilar.

Los 10 km de subte por año también pasaron al olvido por falta de fondos

Durante su campaña prometió 10 kilómetros de subte por año, lo que totalizaría unos 40 nuevos kilómetros de red para el final de su mandato. Al asumir, la cantidad había bajado a 27 –es decir, menos de 7 por año–.

El plan para el subte, a pesar de los números, seguía siendo el mismo: contraer deuda externa para realizar las obras. Antes de asumir, Mauricio Macri trajo de España una “promesa” de $7.000 millones. No llegaron. Algunos malentendidos y problemas de improvisación llevaron a ningún lado un supuesto crédito del BID. Posteriores reformas a la estructura administrativa del Ministerio de Hacienda no parecen tampoco haber dado sus frutos en este aspecto.

Luego se reformularon los recorridos de las futuras líneas F, G e I. Pero para tomar crédito del exterior necesitó de una norma que lo autorizó para hacerlo. Mauricio Macri argumentó entonces que la falta de pago al Club de París por parte del gobierno nacional impedía cualquier financiamiento. La emisión de un bono porteño también se trabó por trámites técnico-administrativos entre Hacienda de la Ciudad y Economía de la Nación y un clima internacional que se fue deteriorando cada vez más.

Después de nueve meses en Bolívar 1, la cantidad de kilómetros de subtes construidos es cero. Y la novedad es que los prometidos también se han reducido a cero. Un Macri abatido declaró hace unos días que “la ampliación del subte es un viaje a la Luna”. Culpó a la “falta de vocación y apoyo del gobierno nacional”.

“Casi todos me entorpecen: los gremios, la oposición, la Nación, los jueces que sacan amparos ridículos”, prosiguió el jefe de Gobierno. Se quejó también de que en este momento nadie le presta fondos al país y si lo hace es a tasas casi de usura como las de Venezuela.

Las únicas obras en marcha son las que ya lo estaban al momento de dejar el gobierno Jorge Telerman: la extensión de la línea H; las obras en la futura estación Corrientes de la misma línea; las dos nuevas estaciones de la línea B; y la inauguración de las estaciones Puán y Carabobo, confirmadas para noviembre. (CRÍTICADIGITAL)