La crisis golpeó fuerte sobre el trabajo en casas particulares

Las trabajadoras de casas particulares sufrieron un fuerte impacto por la pandemia. Desde que comenzó la cuarentena en marzo, casi 20 mil dejaron de realizar aportes a la seguridad social. Desde principios de 2020, al menos 25 mil perdieron el empleo, según el sindicato de casas particulares, y la mayor proporción se dio entre las asalariadas que trabajan en la informalidad. A fines de julio, la justicia dispuso por primera vez que una trabajadora sea reincorporada tras haber sido despedida en cuarentena.

En el último informe del Ministerio de Trabajo sobre evolución del trabajo registrado (SIPA), se observa que en mayo hubo 472.712 trabajadoras de casas particulares registradas, contra las 491.769 de marzo (sin estacionalidad). En ese momento, el rubro fue deshabilitado a trabajar, y la prohibición se mantiene hasta la actualidad en el AMBA. Se trata de una caída del 3,9 por ciento, la más pronunciada por debajo de lo ocurrido con los monotributistas (baja del 6,1 por ciento en ese periodo). En los asalariados del sector privado la baja fue de 1,8 por ciento y en el público del 0,3 por ciento.

De todos modos, desde la cartera que conduce Claudio Moroni aclaran que se trata de un registro que se elabora a partir de la declaración de los contribuyentes al sistema de seguridad social, por lo que no permite distinguir si las personas dejaron de realizar la actividad laboral, o la decisión fue de postergar el pago de las obligaciones de la seguridad social, en un contexto de “fuerte caída de los ingresos” de los empleadores.

Carlos Brassesco, abogado de la Unión Personal Auxiliar de Casas Particulares (UPACP), aseguró que los datos del SIPA no significan que hubo 20 mil despidos en 2 meses. “Algunas bajas se dieron por renuncias, otras por despidos encubiertos y otras porque los empleadores no pueden pagar los aportes, como los monotributistas y autónomos”, aseguró a PáginaI12. Según el registro que llevan desde el sindicato, los despidos se intensificaron con la cuarentena, pero ya venían registrándose desde finales de 2019. Estiman que al menos 25 mil trabajadoras perdieron el empleo este año, pero el dato también tiene en cuenta a las que no se encuentran registradas, es decir, de un total de 1,4 millones de personas. “Donde se verifica la mayor cantidad de despidos es en las que no están registradas”, afirmó.

Más allá de que los datos del SIPA reflejen despidos o caída en los aportes, esto genera un perjuicio para las trabajadoras de casas particulares, en su mayoría mujeres. Luego de tres meses sin aportes quedan como inactivas y pierden el derecho a la obra social. Brassesco aclaró que en los casos donde un empleador no haga el pago, el trabajador puede hacer un aporte voluntario a través de la AFIP.

A fines de julio, la justicia dictaminó el primer caso de reincorporación de una trabajadora doméstica despedida en cuarentena, pese al decreto oficial . El Juzgado de Trabajo N°78 ordenó la “inmediata reinstalación” y el pago del salario desde el momento del despido, sumado a una multa de 500 pesos por día en caso de incumplimiento. “Establece un precedente novedoso, por la intervención de la justicia ordinaria de trabajo”, aseguró a este diario Francisco Soriano, de “Abogades en Cooperativa”, quienes llevaron el caso. En estos casos suele intervenir el Tribunal de Trabajo para el Personal de Casas Particulares, mientras que finalmente se resolvió con una medida cautelar de rápida solución.

De todos modos, en el estudio la mayor cantidad de consultas que tuvieron fueron por despidos de trabajadoras, pero que no se encontraban registradas. “Estas trabajadoras están desprotegidas, porque la justicia no está habilitando este tipo de medidas de reinstalación. Se podría conseguir la reinstalación con un procedimiento ordinario y no rápido, que en este momento por la feria que hubo no se están resolviendo”, agregó Soriano.

Por Florencia Barragan

Fuente: Página|12