La detención del titular del FMI complica las gestiones para salir de la crisis en Europa

La acusación por agresión sexual de Dominique Strauss-Kahn puede complicar los esfuerzos para solucionar la crisis de la deuda en la Eurozona y poner en marcha un nuevo plan de ayuda a Grecia, asuntos en los que el director gerente del FMI estaba particularmente activo.

Strauss-Kahn debía participar mañana en Bruselas en una importante reunión sobre Grecia con los ministros de Finanzas de la zona euro, luego de un encuentro previsto para hoy con la canciller alemana Angela Merkel.

Su acusación por agresión sexual e intento de violación en Nueva York hace que su viaje a Europa sea más que improbable pero deja además en suspenso su futuro al frente de la institución. Este tema amenaza con dominar, al menos en los pasillos, la reunión de mañana.

"El caso cae mal para la zona euro" cuando debe finalizar un plan de préstamos de 78.000 millones de euros para Portugal y estudiar un nuevo respaldo financiero a Grecia, señaló un diplomático europeo.

Strauss-Kahn tuvo un rol clave desde hace un año y medio en las tratativas llevadas a cabo para rescatar al euro y respaldar a los países en dificultad. Fue uno de los primeros partidarios de los programas de ayuda, militó discretamente pero con insistencia entre los Estados reacios a destrabar fondos para que actúen, y exhortó a la unión monetaria a dotarse de un mecanismo financiero de autoayuda.

Un tercio de los fondos de rescate destinados a Grecia (110.000 millones de euros), Irlanda (85.000 millones de euros) y pronto Portugal, provienen del FMI.

Las dificultades del jefe del FMI se producen en momentos en que la institución lleva adelante una misión junto a la Unión Europea con la que se examina el estado de las cuentas griegas. De ello dependen las decisiones futuras al respecto de Grecia. Aunque ya se perfile un segundo programa de ayuda además de los 110.000 millones acordados a Atenas.

"Lo que se planea en este momento es ampliarlo en caso de necesidad", declaró la ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde. Alemania, a pesar de ser la más reacia a seguir pagando, ya no excluye esta posibilidad.

Esto sólo podría hacerse a cambio de nuevos compromisos de Grecia. El gobierno de Giorgos Papandreou se vería incitado a privatizar más empresas públicas y a luchar más eficazmente contra el fraude fiscal.

El país no alcanzó los objetivos fijados de reducción del déficit. Los inversores ya no creen en el restablecimiento de las finanzas públicas, exigen una "prima de riesgo" enorme sobre sus obligaciones y apuestan a plazo por una reestructuración de la deuda nacional.

"En estas condiciones es difícil planear un regreso al mercado en 2012" de Grecia para que emita deuda por sí sola, reconoció Lagarde.

El FMI, dirigido por Strauss-Kahn, reclama desde hace tiempo que se le acorde más tiempo a Grecia para reembolsar sus deudas. La situación parece menos complicada con Portugal, otro país en crisis de la zona euro. Los ministros europeos planean aprobar sin dificultades su participación en los préstamos a este país, a cambio de un plan de austeridad.

(Ambito.com)