La inflación en Europa batió un nuevo récord y alcanzó el 10,7% en octubre
La inflación alcanzó un nuevo récord en los 19 países que utilizan el euro, impulsada por unos precios descontrolados del gas natural y la electricidad debido a la guerra en Ucrania. El crecimiento económico también se desaceleró antes de lo que los economistas temen sea una recesión en ciernes, en gran parte como resultado de esos precios más altos que merman la capacidad de gasto de los europeos.
La inflación anual alcanzó el 10,7% en octubre, según dijo el lunes la agencia de estadística de la Unión Europea, Eurostat. Es un aumento desde el 9,9% de septiembre y el dato más alto desde que comenzaron a elaborarse las estadísticas de la eurozona en 1997.
El precio del gas natural se disparó tras la invasión en Ucrania, ya que Rusia redujo de forma drástica el suministro en sus gasoductos. Europa ha tenido que recurrir a costosos cargamentos de gas licuado, que llegan en barco desde Estados Unidos y Qatar, para generar electricidad y calentar viviendas.
Aunque el gas licuado ha cubierto las reservas para el invierno, su alto precio ha encarecido algunos productos industriales como el acero o los fertilizantes, o incluso ha hecho que producirlos no sea rentable. El poder de gasto de los consumidores ha menguado conforme la gente dedica más proporción de sus ingresos a pagar combustible y facturas de suministros.
El precio de las compras de corto plazo de gas natural ha remitido últimamente, pero sigue siendo alto en mercados para los próximos meses, lo que sugiere que la energía cara podría ser un lastre persistente para la economía. Un sondeo de previsiones de expertos realizado por el Banco Central Europea indicaba que las expectativas de inflación para el año que viene habían pasado del 3,6% al 5,8%.
El incremento de la inflación ha sido un fenómeno internacional, que también ha elevado los precios en Estados Unidos a máximos de casi 40 años.
Las cifras de Eurostat mostraban que el precio de la comida, el alcohol y el tabaco se han sumado a la energía como grandes impulsores, con un incremento del 13,1%, mientras que los precios de la energía crecieron un considerable 41,9%.
La economía, que se estaba recuperando de la pandemia del COVID-19, creció un 0,2% en el trimestre de julio a septiembre, por debajo del 0,8% del segundo trimestre. Los economistas señalan que un motivo son los precios en alza, y muchos predicen que la economía se contraerá en los últimos meses del año y los primeros del próximo.
El fenómeno ha llevado al Banco Central Europeo a subir las tasas de interés al ritmo más rápido de su historia, con dos incrementos de tres cuartos de punto en sus reuniones del 27 de octubre y el 8 de septiembre. Eso ha subido el coste de la deuda para empresas y gobiernos y avivado la preocupación a que la guerra contra la inflación afecte al crecimiento.
Mientras tanto, los costes más altos de la deuda soberana siguen siendo una preocupación para países muy endeudados de la eurozona, como Italia.
Fuente: Ambito