Las importaciones crecen en reemplazo de los productos locales

En el primer trimestre de 2008, las importaciones crecieron a un ritmo del 40% anual, el nivel más fuerte de los últimos años. Según datos privados, esta expansión se da a expensas de la industria local, que pierde terreno a partir de la caída de la competitividad y la falta de inversiones.

En 2007, las compras al exterior batieron un récord que este año quedará obsoleto: llegaron a 44.707 millones de dólares, 31% más que en 2006. Este año avanzan a una velocidad superior, ya que en el primer trimestre aumentaron 40%. En ese período, el 63% de las importaciones correspondieron a sectores en los que existe producción nacional, por lo que -a pesar del dólar alto- se termina importando lo que podría conseguirse aquí.

Así se produce el fenómeno inverso al del comienzo de la recuperación económica, cuando la industria local crecía al amparo de la sustitución de importaciones, ya que los productos extranjeros se habían vuelto prohibitivos al compás de la suba del dólar. Un informe de la consultora Ecolatina -que fundó el ex ministro Roberto Lavagna- consigna que esa masa de importaciones que crece a expensas de la industria autóctona sumó en tres meses 8.130 millones de dólares, un 45% más que en el mismo lapso del año pasado.

"La competitividad de la economía resulta debilitada por la continua apreciación del tipo de cambio real", cita el informe. "El boom importador tiene efectos principalmente sobre aquellos sectores que aprovecharon el incipiente proceso de sustitución experimentado luego de la crisis de 2001", apunta.

Los datos del INDEC demuestran que en los primeros tres meses del año, los productos que más se importaron fueron vehículos de transporte de pasajeros, accesorios para el complejo automotriz, celulares, porotos de soja, fertilizantes y herbicidas. También hubo un crecimientos importantes en alimentos y bebidas para el hogar, cuyas importaciones se expandieron 60%.

Para Ecolatina, la explicación al crecimiento de las importaciones tiene dos puntos centrales: por un lado indicaría que el margen de competitividad es escaso y por otro, que la industria nacional comienza a tener reparos en seguir invirtiendo para sostener el incremento de la demanda.

"El problema se vuelve más complejo cuando no hay señales contundentes desde la política económica. A la aceleración de los costos se suman las dificultades para el acceso al crédito productivo y la falta de incentivos a la inversión", señala.

La competencia directa a la industria nacional está a la vuelta de la esquina. En concreto, en el primer trimestre se importaron desde el Mercosur 3.530 millones de dólares, -43% más que un año atrás- que compiten con la producción nacional. Estas compras -en principal a Brasil- se centran en bienes intermedios y de capital. (CLARÍN)