Las mujeres ganan 29% menos
Por igual trabajo, con el mismo grado de capacitación y dedicación horaria, las mujeres perciben en la Argentina un 14,2 % menos que los hombres, en promedio. En el trabajo informal, la diferencia asciende al 20%. El promedio de brecha salariales para América latina en desmedro de las mujeres es del 17% al 18 %. Es la conclusión de un estudio del BID en el que se compara el trabajo de personas de igual edad y características en 18 países de la región.
Disparidad no es discriminación. No hay que confundir. La brecha salarial es la diferencia de salario que no puede ser explicada por razones de capacitación; experiencia; edad; condiciones familiares; dedicación al trabajo -donde las mujeres tienen peores condiciones que explican muchas cosas- todo lo que no entra en esas explicaciones, es la brecha salarial pura.
“Una disparidad sin ninguna explicación”, aclara el economista Hugo Ñopo, coordinador del trabajo “Nueva centuria, viejas disparidades. Diferencias de salarios entre géneros y etnias en América Latina”, en diálogo con iEco desde la sede del BID en Bogotá, Colombia. “En todos los casos, las mujeres siguen ganando menos”, sintetiza.
Otros estudios hablan de diferencias mayores, vale aclarar que no se trata de errores ni contradicciones sino de mediciones diferentes. Por ejemplo, la Confederación Sindical Internacional aseguró, en un análisis sobre el trabajo mundial en marzo pasado, que las mujeres en el país ganan un 26 % menos (en el sector público, un 15,9% y en el privado, un 31,6%).
“Es correcto. Aquí las mujeres ganan entre un 26% y un 30 % menos que los hombres porque acceden a puestos menos calificados, esa es la cifra en bruto —apunta Marcela Cristini, economista de FIEL que analiza el tema localmente desde hace varios años–, pero por igual trabajo y condiciones, nuestros estudios, elaborados con el mismo método del BID, nos dan igual resultado: un 14% menos”.
El documento del BID reconoce que si bien durante el período de crecimiento regional las diferencias se achicaron, “la calidad de los puestos de trabajo ha disminuido, una parte creciente de los trabajadores no tienen el acceso a las coberturas de salud o pensiones. Aumentó el volumen de los negocios, pero también se propagaron los contratos temporales”, esto afectó más a las mujeres.
Cristini destaca que “esta mayor tasa de participación, localmente (desde 1998 un 5% más de mujeres se sumó al mercado laboral), se tradujo en una mayor tasa de desempleo, la cual desde el 2003 supera en más de cuatro puntos a la de los hombres”. Mientras la desocupación masculina se ubica en algo más del 8%, la femenina asciende al 14%, según cifras oficiales.
“Tiene que ver con la vulnerabilidad argentina ante la inflación, que continúa aun con recesión; al bajar el poder adquisitivo, lo que primero se corta son servicios como el doméstico, peluquería, gastronómicos u hotelería, donde se emplean las mujeres que acceden a empleos de menor calidad y en general, informales”.
Sobre la Argentina, Ñopo opina que “tiene una de las brechas salariales más bajas de la región, pero hay muchísimo trabajo informal donde la diferencia supera el 20%, incluido el autoempleo” y resalta que “hay grandes sectores de mujeres condenadas a trabajar sin seguridad social y con ingresos menores al mínimo”.
Hay otra paradoja: las mujeres tienen más educación, lo cual en la Argentina es aún más marcado, “esto debería indicarnos que las mujeres tendrían que tener mejores trabajos y salarios, pero no es así”, enfatiza Ñopo, quien considera que la clave está en tener mayor flexibilidad para las mujeres en los empleos atendiendo a la cuestión familiar. Brasil es el país con mayor brecha salarial: un 29%, “es una de las economías más grandes de la región, pero simultáneamente es desigual y dispar en la distribución general de la riqueza en general”, dice Ñopo.
¿En Bolivia las mujeres ganan más? El economista admite que “donde están muy capacitadas, en el trabajo formal, las mujeres ganan más, es cierto, pero son muy pocas porque la mayoría no accede a un trabajo formal”. Y en ocupaciones part-time la brecha boliviana ya es de un 17%.(iECO)