Los argentinos tienen menos días de receso laboral que el resto de América Latina
En la Argentina las vacaciones son cortas, no sólo comparadas con las de los países europeos sino también con muchos países latinoamericanos, tal como lo muestra una reciente investigación de la Universidad de Belgrano que muestra que nuestro país ocupa el octavo lugar de un ranking sobre vacaciones mínimas en la región.
La idea del descanso pago se instauró en Francia, en 1936. Las comparaciones suelen ser odiosas, pero en este caso son reveladoras. En la Argentina –según la Ley de Contrato de Trabajo–, un empleado tiene derecho a 14 días de vacaciones o a 21, con más de cinco años de trabajo. Sólo si se acumulan más de 20 años –una costumbre en desuso– se alcanza el tope de 35 días.
En cambio, ningún país de la Unión Europea puede dar menos de 20 días de vacaciones pagas. En los países nórdicos, las vacaciones más cortas siempre son de cuatro semanas. En Francia, el trabajador tiene derecho a cinco semanas de descanso luego de un año de trabajo y en España a 30 días.
¿Cómo está parada la Argentina con respecto al resto de los países? Mal. En Brasil con un año de empleo ya se goza de 30 días de descanso, tan sólo un poco menos del máximo que puede lograr un trabajador argentino. ¿Y si se cruza el Río de la Plata? Los charrúas disfrutan de 20 días continuados como mínimo. Mientras que en el paradigma neoliberal llamado Chile, los empleados tienen derecho a tres semanas no laborables, lo mismo que puede conseguir un argentino en nueve años de trabajo ininterrumpido en el mismo empleo.
En Perú y Panamá al año se tiene derecho a treinta días. No son casos aislados. Hace casi cuatro décadas que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) estableció que, por ninguna razón, las vacaciones tienen que ser inferiores a tres semanas. El Estado argentino todavía no adhirió a ese convenio.
¿Esta situación podría cambiar? En los últimos meses se presentaron varios proyectos en el Congreso. El diputado kirchnerista Héctor Recalde, abogado de la CGT y presidente de la Comisión de Legislación del Trabajo, pide un mínimo de 21 días de descanso. Mientras que Delia Bisutti, del ARI, propone el mismo piso pero también quiere aumentar los topes de descanso, según la antigüedad.
Recalde considera que desde 1976 los derechos de los trabajadores sufrieron una regresión tan grande que las vacaciones pasaron a un segundo plano frente a otros reclamos más urgentes. “No se puede comprar la corbata sin antes tener la camisa”, explica. Pero ahora sí cree que es tiempo de ir por más.
“Sumar vacaciones beneficiaría a los asalariados y aumentaría el empleo y el consumo”, asegura. Mientras que Bisutti afirma: “La nueva realidad laboral hace que se cambie mucho de trabajo y entonces siempre se empiece de nuevo en la cuenta por la antigüedad”.
Por su parte, el secretario general de la CGT, Hugo Moyano, respalda: “Estoy de acuerdo con una mejora en las vacaciones”. La psicóloga laboral Valeria Heardi analiza: “Con la actual exigencia laboral y el tiempo que requiere adaptarse a los días libres, como mínimo, se deberían tener tres semanas de vacaciones”. (CRÍTICADIGITAL.com)