Los consorcios echan a sus encargados y contratan empresas de limpieza
22.01.2009 Alejandro Barbosa es dueño de un departamento en el barrio porteño de Congreso. En la última reunión de consorcio del edificio propuso a los copropietarios despedir al encargado. “Resultó muy triste porque estuvo con nosotros varios años y lo queríamos mucho, pero nos estaba costando caro. Los que vivimos en edificios con pocas unidades tenemos un gasto fijo muy alto”, contó a Crítica de la Argentina.
Julio, el portero despedido de Venezuela 1958, no es el único que se quedó sin trabajo como resultado del impacto del tarifazo eléctrico sobre el costo de las expensas: cada vez hay más consorcios que deciden prescindir del tradicional encargado “cama adentro”, con vivienda en el edificio. La nueva modalidad permite a los propietarios ahorrar en sueldo y cargas sociales. Pero además les trae un beneficio extra: en general, alquilan el departamento del encargado y con ese ingreso costean la contratación de personal de limpieza por horas.
Eso es lo que hicieron los consorcistas de Venezuela 1958: “Ahora tenemos alquilada la portería y con la plata que nos está entrando logramos ahorrar: vamos a poner cámaras de seguridad en la puerta de entrada y hasta nos alcanzaría también para instalar una parrilla en el patio”, contó Barbosa.
La tendencia fue confirmada por el consultor inmobiliario Eduardo Awad, uno de los mayores expertos en Buenos Aires en regulaciones legales sobre renta horizontal: “Con la suba de las expensas, la situación es tan delicada que los consorcios deciden despedir a su encargado y alquilar la vivienda que ocupaba para reducir sus gastos”, dijo. Según el abogado, “en la mayoría de los casos, el salario del encargado de edificio impacta entre el 40 y el 70% del costo total de la expensa”, algo que junto al gas, el teléfono, las cargas sociales y la manutención de su vivienda alcanza una cifra que ahora los consorcistas tratan de reducir. “Despiden al encargado con el pago total de la indemnización y en su lugar contratan a una empresa de limpieza que va dos o tres veces por semana, y que en muchos casos se paga con lo generado por el alquiler de la vivienda que antes ocupaba el portero”, dijo.
En la ciudad de Buenos Aires hay uno 75 mil encargados de edificios, casi el 80% del total nacional. En su mayoría, tienen sueldos en blanco, con aportes y cargas sociales de acuerdo a la ley.
“Sé que hay reducciones de horarios y que disponen de nuestras viviendas; yo por ahora estoy tranquilo, porque en este edificio la gente siempre me necesita para algo”, dijo José Lagomarsino, encargado de un edificio de Almagro.
Osvaldo Loisi, presidente de la Fundación Liga del Consorcista de la Propiedad Horizontal, explicó que “solemos decirle al gremio que no tire de la cuerda porque se va a romper. No aconsejamos despedir al encargado porque su presencia es necesaria, pero a veces nos vemos obligados a prescindir de sus servicios o a alquilar la propiedad destinada a portería. En Recoleta y Barrio Norte esto no pasa, pero en Boedo, La Boca o Barracas sí. En esos casos, los propietarios contratan una empresa de maestranza y se liberan de la tiranía del Sindicato Único de Trabajadores de Renta Horizontal (Suterh).
Marcos Bergenfeld, presidente de la Federación Argentina de Consorcios (FAC), explicó que “los propietarios juntan plata para pagar la indemnización del portero y prescinden de él. Antes el encargado tenía más trabajo porque se ocupaba de la calefacción central, del service del ascensor y de cambiar las lámparas. En este momento, los encargados cobran lo que les corresponde porque tienen un importante sindicato que los defiende, pero no se puede hacer nada ante esta tendencia del mercado y los problemas económicos de la gente”, aseguró.
“En Francia y España hay un 10% del total de encargados que había hace diez años. Ahora se está trasladando esa realidad a Italia y Argentina”, advirtió Bergenfeld y señaló que “algunos ganan cerca de 4 mil pesos, mientras que hay propietarios jubilados que cobran 600 y no pueden pagar expensas tan altas”.
OPINIÓN
Por qué es mejor adentro Víctor Santa María (Secretario general del sindicato de trabajadores de edificios (Suterh))
Está científicamente comprobado: en la mayoría de los edificios en donde no hay encargados con vivienda, los índices de inseguridad aumentan, los gastos por expensas son más altos y el presupuesto destinado al mantenimiento se incrementa.
El encargado de edificio se torna fundamental para la seguridad de quienes viven en el edificio. Por ejemplo, cuando alguien se va de vacaciones le puede dejar las llaves.
Las expensas suelen aumentar cuando el encargado no tiene vivienda en el edificio debido a que el sueldo es más alto, ya que hay una diferencia monetaria por el transporte. En un sueldo básico, esto se traduce en un 14%. Mientras el encargado permanente con vivienda gana alrededor de 1.670 pesos, el sin vivienda percibe cerca de 1.900 pesos. A ello hay que sumarle la antigüedad, que es un 2% más.
La última cuestión que hay que tener en cuenta es que cuando el encargado no vive en el edificio es necesario llamar a empresas de mantenimiento para resolver cualquier desperfecto que surja.
El encargado con vivienda es un encargado permanente, aún cuando no esté en su horario de trabajo. Tan importante resulta esto que en la Ciudad de Buenos Aires se han dado algunos casos donde no había vivienda para el encargado y los propietarios le compraron un departamento para que viva allí.
Siempre que hay un aumento salarial, surgen los debates sobre si el encargado debe o no vivir en el edificio. Incluso, algunas administradoras han sugerido cambiar al encargado por compañías de limpieza. Más allá de que el 60% de los encargados son con vivienda, el otro 40% también se encuentra bajo la ley 13.512 y la 12.981 y el convenio colectivo del Sindicato Único de Trabajadores de Edificios de Renta y Horizontal. (CRÍTICA DIGITAL)