JUSTICIA | FALLO
Los despachantes de aduana es responsable por la subfacturación
El Tribunal Fiscal de la Nación confirmó en un reciente pronunciamiento la condena impuesta por la Aduana a un despachante de aduana.
Esto es hacer en forma solidaria con el importador respecto de una declaración inexacta por subfacturación (art. 954 inc. a) y b) del Código Aduanero).
En la causa nº 22562-A sostuvo que de constatarse una considerable diferencia entre los precios declarados en una destinación de importación y los precios de antecedentes de operaciones comparables, no explicadas razonablemente por el despachante de aduana o aceptadas por el Servicio Aduanero el documentante del despacho en carácter de despachante de aduana, (representante del consignatario de la mercadería) no se encuentra alcanzado por la causal de exculpación del art. 908 del Código Aduanero.
Ante este fallo trascendente que apunta a desbaratar el grave perjuicio que se ocasiona con la subfacturación a la industria nacional, el Director General de Aduanas, Ricardo Echegaray afirmó que “el despachante de aduana como auxiliar del Servicio Aduanero debe contar con un conocimiento sobre los valores promedio adecuados para el tipo de mercadería que declara, no pudiendo documentar valores bajos con relación a los precios de mercado”.
Y agregó el Tribunal agrega que su diligencia o el debido cumplimiento de sus obligaciones como auxiliar del Servicio Aduanero, no es simplemente documentar los valores de factura para que sea aplicable la defensa exculpatoria de - ajustarse el despachante a las instrucciones de su comitente- sino que requiere un conocimiento técnico adecuado en la materia.
Este fallo – sentenció Echegaray - reafirma que los precios absurdos, viles, irrisorios o pocos creíbles y no razonablemente explicados generan responsabilidad del importador y del despachante de aduana que lo representa. Esta es una decisión de la justicia que trae seguridad y transparencia al comercio exterior argentino.
Estas decisiones sirven de soporte al cambio estructural que se impulsó desde el actual gobierno para superar la apertura económica ingenua establecida en los 90, y que trajo aparejada una competencia desleal en el mercado, que perjudicó injustamente a los sectores de la industria nacional.-
“Ha sido muy difícil hacer frente a importadores inescrupulosos que arman empresas fantasmas, documentan importaciones a precios viles, y cuando concluimos los procesos de fiscalización –previo intercambio de información con las Aduanas de los países exportadores-, vamos a reclamarle a empresas que de un día para otro desaparecen, denunció Echegaray.
“Esas empresas importadoras fueron representadas técnicamente ante la Aduana por un despachante. Estos representantes son auxiliares del servicio aduanero, y deben comprometerse con las políticas de seguridad y transparencia del comercio exterior. Este compromiso no sólo lo reclamamos desde la Aduana Argentina, sino que ha sido la propia Organización Mundial de Aduanas la que impulsó estas directrices", concluyó Echegaray. (AGRODIARIO)
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