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Los hoteles low cost llegan a la Argentina
Las habitaciones dobles están construidas mirando tanto al diseño como al bajo costo y la simplificación. Sin embargo, no les falta una TV de plasma, caja de seguridad y un dock para el iPod en el despertador.
Austeridad en los servicios y las tarifas y aire contemporáneo son parte de la fórmula del Pop Hotel Villa Crespo, que además de ser única avanzada hotelera en un barrio de outlets de moda se autodefine como el "primer boutique económico" de Buenos Aires.
A 90 dólares la tarifa de mostra- dor para dos (la mitad en períodos de promoción), el director y socio Nicolás Bonta cree que el Pop Hotel llena un nicho que no estaba ocupado. "Vimos que en Palermo habia mucha oferta de hoteles boutique de 200 dólares, pero nada en esta franja de precio".
Lo sabe por experiencia: él y sus socios son dueños de un grupo de hoteles boutique, con la marca Own (dos funcionando, tres en construcción). La diferencia con un boutique, señala Bonta, es que no hay ningún servicio a la habitación, lo cual se traduce en mucho menos personal. El desayuno se terceriza. Dos personas en el front desk cubren todas las funciones de repción y conserjería.
A cambio, procuraron adosarle toques tomados del mundo hostel: en cada piso pusieron áreas para la interacción entre huéspedes, con PCs, expendedoras de bebidas o una biblioteca con guías de viaje.
Nada es completamente nuevo bajo el sol porteño, y el Pop Villa Crespo reconoce la inspiración de los hoteles Pod de Nueva York, el segundo de los cuales acaba de abrirse en la calle 39. Esos hoteles también reúnen confort básico a bajo precio, tecnología y áreas públicas amigables. Según expertos hoteleros, es una fórmula que aprecia la llamada Generación Y, muy trotamundos, que viaja con poco equipaje y muchos aparatitos
Con alma de hostel
Con la marca Marcopolo Suites, en Iguazú y Calafate y pronto en Bariloche otro grupo local de la hospitalidad perfeccionó, según explican, su propia combinación de hotel convencional con toques de comunitarismo mochilero. Experiencia no les faltaba porque, además, son dueños de ocho hostels estratégicamente ubicados en las zonas turísticas de la Argentina.
"Tres estrellas pero con un ma- nagement más asociado al concep- to de hostel", explica el CEO, Santiago Copello. Su socio es Eduardo Birabén, antes fundador de la agencia de turismo juvenil Asatej (que vendió a un fondo en 2003).
"Queremos que la mayor can- tidad de cosas ocurra fuera de las habitaciones: que la gente sólo vaya a su cuarto para dormir", dice Copello. Para eso, en los Marcopolo Suites ($340 la tarifa de mostrador por habitación doble) hay un activity manager, asados y otras propuestas. Además de su propia experiencia reconocen la inspiración en modelos de Australia y Nueva Zelanda, "países con seria cultura de backpacking y oferta muy diversificada", dice Copello.
Avatares de un modelo
Diseñados a imagen y semejanza de su aerolínea low cost EasyJet, Stelios Haji-Ioannou es también el fundador de los 15 EasyHotel europeos. Los hoteleros consultados para esta nota lo reconocen como el autor intelectual y pionero en este tipo de hoteles que combinan minimalismo con bajo costo, aunque marcan algunas diferencias.
"Una diferencia importante es que nosotros no cobramos extras por limpiar, cambiar las sábanas o dar un control remoto para el televisor. Lo haríamos (es parte de un modelo de negocio), pero entendemos que el argentino no está preparado para ese producto", dice Copello, de Marcopolo Suites.
Otra diferencia es el factor in- mobiliario. El costosísimo metro cuadrado de ciudades como Nueva York o Londres hace de las habitaciones minúsculas una clave del negocio de los hoteles low cost como los Easy o los Pod.
Parte de la misma tendencia, los británicos Yotel (uno en Nueva York y tres en aeropuertos de Londres y Amsterdam) se inspiraron en los hoteles cápsula japoneses para racionalizar el espacio en sus inmaculados dormitorios blancos.
Fuente: Clarin