SEGURIDAD LABORAL
Los peligros del transporte agropecuario
Entre los muchos aspectos que se pueden considerar de la transporte agrícola, la seguridad vial no es un tema menor, y merece especial atención por ser el principal medio utilizado para el transporte de la producción granaria, y sin dejar de mencionar al transporte de animales, que torna más peligrosa la actividad al llevar una carga “viva”.
Esto hace que el titular de la producción que se está despachando deba atender especialmente las condiciones del transportista y del camión que utilizará, tanto sea propio o de terceros; pues no basta con contar con un “buen seguro”; ya que poseerlo, no nos resolverá todos los inconvenientes que se pueden presentar al momento de un accidente.
No pretendemos sumar más dolores de cabeza al productor agropecuario, a los que su propia actividad le genera, sino por el contrario, estamos tratando de aumentar el nivel conciencia en la prevención en todas las actividades agrícolas. Por lo tanto, hablar del transporte de granos o animales, es hablar de prevenir y reducir las consecuencias.
Escenario para el 2008
Los datos oficiales nos hablan de un total de 500.081 vehículos patentados, es decir los mejores datos en la historia de la industria automotriz argentina.
Estos vehículos se sumarán al estado de caos en que se encuentran las calles de las ciudades, como así también las rutas al aproximarse el período de vacaciones, donde muchas personas salen a la ruta por primera vez, o casi sin experiencia.
En lo que respecta a esta nueva campaña agrícola, estamos en presencia de un nuevo récord de producción estimado en 100 millones de toneladas de granos; lo cual augura una mayor cantidad de camiones circulando por las rutas.
Camionero a tu camión
Los camioneros tienen un mayor conocimiento de las rutas y porque no decirlo mayor responsabilidad, que el resto de los conductores.
Nuestro país se ubica en el quinto lugar en accidentes de tránsito en el mundo. Según las estadísticas, los accidentes son la primera causa de muerte en menores de 30 años, siendo los varones de 17 a 24 años los que tienen el mayor porcentaje de víctimas.
¿Por qué se producen los accidentes?
Entre las principales causas de los accidentes podemos mencionar al factor humano, presente en prácticamente en el 80% de los mismos, relegando en importancia al estado de las rutas y de los vehículos.
Entre otras posibles causas, el cansancio, la ingesta de alcohol, drogas o medicamentos aumentan el riesgo de provocar accidentes.
El alcohol
En el caso del transporte de carga, la Ley Nacional de Tránsito N° 24.449 establece en su art. 48 la prohibición expresa de consumo de alcohol para los conductores de pasajeros, de menores y de carga.
Es importante recordar que si existe ésta prohibición, y se transgrede, la compañía de seguros no responderá ante un eventual siniestro.
La fatiga y los medicamentos
La fatiga provoca errores en la conducción, como así también los medicamentos psicotrópicos, sedantes, antihistamínicos, antialérgicos, etcétera, los cuales actúan sobre el sistema nervioso central, provocando somnolencia, disminución de la atención y visión borrosa.
Las drogas
Las drogas ilegales, muchas de las cuales son consumidas con alcohol, también son causales en la producción de accidentes.
Otros factores
Diversos estudios realizados en diferentes países han documentado que los accidentes de tránsito tienden a ser más frecuentes entre la media noche y el amanecer, y al promediar la tarde, coincidiendo con los picos de tendencia al sueño normal de la población general.
Accidentes de tránsito según franjas horarias | |
De 0 a 6 hs | 8% |
De 6 a 12 hs | 29% |
De 12 a 18 hs | 35% |
De 18 a 24 hs | 28% |
Según datos elaborados por CESVI Argentina -empresa dedicada a mejorar la seguridad vial- y la Asociación Civil Luchemos por la Vida, el 80% de las rutas nacionales se encuentran en mal estado o presentan una configuración no acorde al volumen del tránsito y al tipo de vehículos que circulan por ellas. Ver cuadro N° 4.
También, es preciso mencionar que un camión con un exceso de carga necesita por lo menos un 40% más de distancia de frenado, que otro que transporta la cantidad de kilos para los que fue diseñado. Es necesario mencionar, que la mayoría de nuestras rutas tiene un ancho total de 7 metros (algunas incluso menos) y un camión moderno mide 2,5 metros de ancho.
Si dicho camión transita exactamente por el centro de su carril, sólo quedan 50 centímetros de espacio de cada lado, tanto con la banquina como con el carril contrario, lo que convierte a las rutas en calzadas muy poco permisivas a los errores de conducción.
A esto hay que sumarle los problemas ocasionados con el exceso de la velocidad ya que éste tiene un rol protagónico en la generación de accidentes, ya que el conductor tendrá menos tiempo para realizar una maniobra efectiva debido a que se acortan los tiempos de reacción del conductor y se magnifican las consecuencias.
Algunas recomendaciones
Mantener las luces bajas encendidas del camión durante el día: esto permite que los vehículos sean visibles a mayores distancias, especialmente los días nublados o de lluvia. Además, las luces encendidas evidencian el sentido en que circula el camión y como consecuencia evita que otros conductores se confundan a la hora de realizar un sobre paso.
Muchos transportistas creen cumplir con la reglamentación encendiendo las luces de posición, pero se demostró que dichas luces son prácticamente imperceptibles en el tránsito diurno. Por esto, debe quedar aclarado que las luces que se deben encender son las bajas.
Evitar conducir de noche: conducir de noche -al contrario de lo que los camioneros consideran- genera mayores probabilidades de accidentes ya que los conductores deben luchar contra el sueño, que es una necesidad fisiológica del organismo.
Por tanto, la velocidad a la que se conduce de noche, debe ser menor a la indicada para hacerlo con luz natural, ya que un peatón, ciclista, o un animal suelto, será percibido cuando se encuentre a 35 metros del frente del rodado.
Si se circula a 80 km/h, en caso de reaccionar rápidamente, la velocidad de reacción de un buen conductor es de 20 segundos, un piloto de fórmula 1 lo hace en 8 segundos. La distancia recorrida por el vehículo desde que se percibe el peligro hasta que el móvil se detiene es de aproximadamente 55 metros (asfalto seco y vehículo en buenas condiciones). Es decir, el impacto resultaría inevitable a pesar de que el conductor estuviera atento a la conducción.
En este caso, para que el conductor pueda ver el obstáculo en la oscuridad, reaccione y detenga su vehículo antes de impactarlo, debería haber circulado a 60 km/h.
Debemos tener presente las limitaciones y los riesgos adicionales del manejo nocturno, pues es oportuno recordar que el ojo humano necesita 8 segundos para recuperarse plenamente de un encandilamiento, y que durante los primeros tres segundos la ceguera es total.
Recordemos que es tan importante que las ópticas delanteras se encuentren limpias y en buen estado, como contar con buena iluminación en los focos traseros. Esto nos permitirá ver y ser vistos, algo fundamental para una conducción segura.
Aunque vemos que mayormente los accidentes ocurren en las zonas urbanas, es necesario destacar que a pesar de ser menores en cantidad los accidentes en rutas tienen consecuencias más trágicas. Esto se debe a que las velocidades de circulación son mayores y consecuentemente el tiempo para resolver situaciones críticas es realmente escaso.
Mantener distancia: en el caso de accidentes frontales, los que encabezan las estadísticas que en su mayoría son originadas por maniobras de sobrepaso mal efectuadas. Por lo tanto, siempre es necesario mantener una distancia de seguridad, que normalmente está estandarizada en 3 segundos, para lo cual se toma un punto de referencia un cartel, árbol, puente, etcétera, y partir que el vehículo que nos precede pasa por el mismo comenzamos a contar: 1001; 1002; 1003; si al llegar a este número estamos pasamos por el punto de referencia podemos decir que estamos circulando a una distancia segura.
Si por el contrario, detrás nuestro hay un vehículo que circula muy pegado a nosotros, como llaman los norteamericanos: un pisacola; debemos reducir la velocidad para que nos pase; ya que al producirse una frenada brusca o algún factor que obligue a reducir la velocidad abruptamente, es muy posible que choque contra la parte posterior de nuestro camión, acoplado, carretón, etcétera.
Pensemos que en los accidentes de tránsito no hay vencedores ni vencidos. No pensemos solamente en nuestra responsabilidad en la generación del mismo, ya que participar en un accidente que pueda resultar trágico, nos dejará consecuencias que no son medibles sólo económicamente.
Por Dr. Luis Llull
Especial para Nuevo ABC Rural