Los pequeños comercios se quedaron afuera del plan canje de línea blanca

Los comercios chicos de venta de electrodomésticos se quedaron afuera de los dos planes canje de línea blanca. Los propietarios de esos locales están disconformes con el anuncio porque el Gobierno no los notificó ni les acercó información sobre el financiamiento de heladeras, calefones, termotanques, cocinas y lavarropas. Los reclamos llegaron apenas después de que las grandes cadenas –Garbarino, Frávega, Megatone, Ribeiro, Rodó y Carrefour– defendieran el programa de recambio oficial en una solicitada.

Según esas seis empresas, “la respuesta del público a la idea del Gobierno fue excelente. Y por ello no hubo stock que alcanzara para satisfacer la demanda inicial”. En el anuncio de ayer, las compañías aclararon que entregaron “varios miles de productos”, aunque tienen listas de espera por más de 20 mil pedidos de los consumidores.

Los comerciantes más chicos –1.800 que dan empleo a 18 mil personas– dijeron sentirse discriminados por la Casa Rosada. A diferencia de las grandes cadenas y los hipermercados, ellos no tienen la suficiente espalda financiera para adquirir el stock que el público les demanda o gastar en publicidad en medios de comunicación a fin de atraer clientes a sus bocas de expendio.

Los más perjudicados son los comercios pequeños, que no tienen más de dos sucursales. En general, se trata de locales agrupados en organizaciones de compra colectiva que utilizan una misma marca “paraguas”. Es un formato de negocio que nació justamente para competir con los más grandes.

Éste es el caso de Neogar, una red de comerciantes independientes del Gran Buenos Aires que se unieron para vender electros, muebles y artículos para el hogar en la zona de El Jagüel.

“Los más chicos no podemos acceder a financiar ventas a una tasa tan baja, del 11%. Tampoco podemos darnos el lujo de vender productos casi al costo, porque tenemos una estructura que mantener e impuestos que pagar. No recibimos financiamiento del Estado ni fondos de la ANSES”, se quejó Enrique Sinatra, director de Neogar.

Para Sinatra, las cadenas nacionales tienen un respaldo financiero que les permite comprar artículos a precios convenientes y venderlos con un margen de ganancias relativamente bajo.

Consultados sobre el tema, directivos de tres cámaras que enrolan a las cadenas más grandes admitieron que las quejas de los empresarios independientes “son fundamentadas”.

“Indudablemente hay comerciantes que carecen de financiación para ofrecerles a sus clientes el plan de cuotas que prometió el Gobierno”, explicó Ricardo Díaz, presidente de la Federación del Comercio de Artefactos del Hogar. Según el comerciante, no hay comercios en el país que tengan stock disponible ni de heladeras ni del resto de los artículos que conforman los planes de recambio. Estamos negociando con el Banco Provincia la posibilidad de que los comerciantes independientes accedan a algún tipo de crédito y no queden excluidos”, agregó Díaz.

Las tarjetas no sirven para pagar

Los artículos de línea blanca que conforman los dos planes canje del Gobierno no pueden adquirirse con tarjetas de crédito. Sólo pueden ser financiados con los préstamos personales que otorgan las propias cadenas de venta de electrodomésticos o las entidades financieras asociadas a este tipo de comercios. Rodó, por ejemplo, financia a sus clientes de la mano de Argencard. El trámite es relativamente sencillo y rápido, en algunos locales se concreta en el acto y en otros, en una semana. Para acceder a un préstamo de esas características, las cadenas les exigen a los consumidores la presentación de DNI, factura de un servicio a su nombre, antecedentes laborales y recibos de sueldo. En la mayoría de los casos, la antigüedad laboral y el salario neto influyen a la hora de aprobar el crédito. Una vez terminado el papelerío, recién entonces el usuario podrá llevarse la heladera, el lavarropas o el termotanque a su casa. Ante la urgencia, los empleados de los grandes comercios recomiendan “pagar en efectivo”.

Fuente: Critica Digital