Lula deberá modificar el presupuesto para cumplir promesas de campaña

El presidente electo de Brasil, Lula da Silva, regresa mañana a la actividad política después de tomarse unos días de descanso en Bahía, tras ganar el balotaje al actual mandatario, Jair Bolsonaro.

Entre los numerosos temas a encarar, el histórico dirigente del PT tiene como prioridad tramitar un presupuesto que le permita empezar a cumplir, una vez asumido el poder el próximo 1 de enero, las promesas efectuadas durante la campaña electoral.

En este sentido, Gleisi Hoffmann, presidente del Partido de los Trabajadores ( PT), aseguró que el nuevo Gobierno no puede comenzar el 2023 "sin ayuda de emergencia y sin el aumento real del salario mínimo. Esto fue pactado con el pueblo brasileño en las urnas". En la misma línea se expresó el vicepresidente electo Geraldo Alckmin, a quien Lula le encargó la delicada misión de coordinar el proceso de transición.

Alternativas La preocupación ahora estriba en cómo conseguir el aumento de un presupuesto que el pasado agosto fue aprobado por el gobierno de Bolsonaro. La fórmula preferida por los principales aliados de Lula es la de presentar una Propuesta de Enmienda a la Constitución (PEC), que es considerada la más segura y legal desde el punto de vista jurídico.

No obstante, existen serias dudas sobre si esta vía sería la más conveniente para el Gobierno de Lula, que podría arriesgar su capital político dado que el PEC necesita la aprobación de 308 de los 513 diputados y de 49 de 81 senadores. De momento, el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, dijo que el Congreso tiene la voluntad de votar la propuesta de enmienda. El plan B sería acudir al Tribunal de Cuentas y conseguir créditos extraordinarios por medio de una medida provisional, que tendría que ser firmada por el propio Lula tras su toma de posesión.

Según el diputado federal Rui Falcao, que coordinó la campaña de Lula, "Bolsonaro dejó el país en estado de calamidad pública", según señaló a la prensa hace unos días. De ahí que lo primordial para el nuevo Gobierno sea cumplir con la promesa de aumentar el salario mínimo, que durante los últimos cuatro años se ha mantenido sin cambios, mantener el plan Auxilio Brasil (anterior Bolsa Familia) de 600 reales, dotar de medicamentos a las farmacias y elaborar un plan de vacunación para el próximo año.

Déficit En una entrevista con el diario ’Folha de Sao Paulo’, el reelecto gobernador de Espirito Santo, Renato Casagrande, opinó que Lula, además de relajar el ambiente político tiene la obligación de brindar resultados económicos para generar confianza. "Hoy Brasil quiere tener una posición política-administrativa más central. Lula tiene un perfil progresista, pero en lo fiscal y económico necesita considerar la realidad que el pueblo brasileño expresó en las urnas. Debe garantizar en las áreas social, de derechos humanos y medio ambiente los logros que se hicieron en las últimas décadas y para los que el gobierno de Bolsonaro fue una amenaza".

Casagrande, del partido Socialista, cree que el 2023 será un año durísimo porque "el déficit será muy alto". Y sostiene que "para reducir el ímpetu de violencia que hay en las calles, el Gobierno debe cumplir". Y agrega que "hay personas que votaron a Bolsonaro que esperan de Lula una señal clara de equilibrio y de confianza".

Fuente: Diario BAE