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Metrovías recorta frecuencias y amenaza con dejar la concesión del subte

La empresa Metrovías, del grupo Roggio, anunció públicamente que recortará desde esta semana las frecuencias de las seis líneas del subte porteño y el Premetro, cuya operación quedó en medio de la pulseada entre la Nación y la Ciudad por el traspaso del servicio. En simultáneo, según confirmaron fuentes oficiales y gremiales a BAE, la compañía reveló a sus interlocutores en el Gobierno y el sindicato que agrupa a sus empleados que en caso de continuar la actual indefinición jurisdiccional, considerará caído el contrato de concesión y abandonará la explotación. En cualquier caso, el colapso subterráneo se hará sentir desde hoy en los túneles y también en la superficie, donde se espera un aluvión de pasajeros en los colectivos y una mayor afluencia de autos.

El afiche sorprendió a los usuarios del subte el viernes por la noche, cuando Metrovías ordenó empezar a colocarlo en las carteleras de todas las estaciones. En letras gigantes sobre fondo rojo, el título advertía sobre "demoras en el servicio". Y adelantaba: "Podríamos vernos forzados a tener que limitar la cantidad de trenes en servicio, como consecuencia de la situación que atravesamos a partir de la suspensión del Acta Acuerdo del traspaso del Subte a la Ciudad de Buenos Aires".

Menos trenes. Anoche, los Roggio fueron un paso más allá. Mediante un comunicado de prensa avisaron que implementarán "un programa operativo que contempla una limitación en la cantidad de trenes que saldrán a servicio". E insistieron en que habrá "una menor cantidad de formaciones" surcando los túneles.

Aunque en el afiche dijeron querer "llevarles tranquilidad a los usuarios" respecto de la seguridad del servicio, los concesionarios aclararon que no usarán "formaciones que no puedan contar con todas las condiciones de mantenimiento correspondientes". La sola mención a ese punto -el mantenimiento- puso en guardia al gobierno porteño, con la memoria de la tragedia de Once todavía fresca y la antigüedad de los vagones a la vista de todos. Hasta ahora, ningún concesionario había admitido que la seguridad del pasaje estuviera en riesgo por la falta de fondos para mantener las formaciones andando.

Indefinición. La "situación" a la que alude Metrovías es el rojo que dejó en sus cuentas la indefinición acerca de quién paga los subsidios para sostener el servicio. En el acta-acuerdo que firmaron en enero, la Nación se había comprometido a abonar $30 millones mensuales durante todo el año y la Ciudad otro tanto. Luego Macri anunció el aumento del boleto de $1,10 a $2,50 y aseguró que con esa diferencia cubriría el monto comprometido. Pero como el colectivo no subió, la cantidad de pasajeros del subterráneo cayó cerca del 20% y la recaudación por pasajes es inferior a la prevista. Para peor, la Nación sólo entrega en efectivo $15 millones por mes; la otra mitad va a una "cuenta fiduciaria para obras" a nombre de la Ciudad, pero que el gobierno porteño se niega a tocar para no aceptar de hecho el traspaso.

La tensión aumenta con el correr de los días debido a que a principios de agosto deben renegociarse los sueldos de los casi 4 mil empleados del subte, que suspendieron sus paritarias por tres meses mientras esperaban que se resolviera el pleito jurisdiccional. "Pareciera que Metrovías chantajea a alguien con dejar la concesión, y todo esto a quince días de comenzar la paritaria", dijo a BAE el secretario general de la Asociación de Trabajadores del Subte y el Premetro (AGTSyP), Roberto Pianelli.

Colapsado. "El subte ya está colapsado y ahora va a ser peor. Las frecuencias se están recortando desde hace un mes y los trabajadores denunciamos. La semana pasada se paralizó la línea C porque estaba funcionando con siete trenes en vez de once. A raíz de eso, un guarda fue brutalmente agredido por los usuarios", agregó Pianelli.

La Comisión Nacional Reguladora del Transporte (CNRT), que debe controlar que se cumplan los servicios, no emitió opinión sobre esas denuncias ni sobre la advertencia de Metrovías. Su titular, Eduardo Sícaro, figura como imputado en la causa que investiga la tragedia de la estación Once, que costó la vida de 51 pasajeros del Sarmiento.

Pérdidas. Metrovías asegura que acumula pérdidas por más de 140 millones de pesos en lo que va del año y que cubrió ese rojo con "aportes propios" de sus accionistas. Pero lo cierto es que el grupo Roggio, controlante de la firma, también fue denunciado este año en la Legislatura porteña por los negocios paralelos que realiza al abrigo de esa concesión, como el alquiler de locales comerciales en los túneles, la venta de publicidad en estaciones del subte y vagones y el uso del trazado subterráneo para el tendido de cables con los que luego se prestan servicios de telecomunicaciones a empresas.

Fuente: Diario BAE